12. Beautiful hangover

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Jinyoung despertó extrañado por el aroma en las almohadas a su lado, eran cómodas y suaves al igual que las sábanas que cubrían sus piernas, a un costado de su cama, un liviano peso dormía, enfocó su vista al pequeño gatito que descansaba.

Extrañado se levantó al oír una voz desde la sala, poniéndose los pantalones se acercó un poco más a la salida del cuarto.

Entonces, ¿pretendes ir al gimnasio? —se escuchó la voz de una chica hablando por el altavoz de un teléfono.

—Claro que sí, pero creo que no estarás dispuesta a ir al gimnasio conmigo —rió el hombre mientras se oía el ruido en la cocina. —porque créeme que es mucho mas entretenido verte correr que ver a Jackson haciéndolo.

Es halagador, pero imposible, bebí demasiado anoche, tendrás que esperar la próxima, cariñorió la mujer con suavidad.

—¿Y acompañarme a cenar con mis abuelos?, dicen que tienen que verte antes de que vuelvas a Londres, y no lo dijeron como opción.

Sabes que me encantan las fotos que ellos tienen de ti cuando pequeño. Es obvio que no rechazare la oportunidad de ver tu trasero desnudo en una manta de bebé.

—Dios, en que momento te metiste en mi vida, eres perversa, bebé.

Es lo que te gusta, ¿no? —una risa más suave y coqueta salió de la chica. —Te dejo cariño, iré a dormir un poco más y luego tomaré una ducha, nos vemos luego.

Finalizó la llamada, mientras Jinyoung dejó un par de minutos antes de salir del cuarto algo tímido, por conocer al dueño del lugar donde se encontraba. Sorprendido encontró a Jaebum con el desayuno servido sobre la mesa del comedor, mirándole con una leve sonrisa mientras terminaba de acomodar las cosas, sirviendo dos tazas de café.

—Pensé que no despertarías, ¿tuviste buena noche?

—Tu... nosotros... ya sabes, ¿no pasó nada? —preguntó Jinyoung dudoso de acercarse donde se encontraba el mayor, su cuerpo le decía que nada había ocurrido, estaba todo como la última vez, pero necesitaba una confirmación antes de marcharse con un montón de dudas en la cabeza.

—¿Pasar algo? —rió bajando la cabeza el pelinegro, era divertida la expresión preocupada en el rostro del menor. —No pasó nada, estabas tan borracho que cuando te subí al auto estabas dormido como tronco, fue todo un trabajo traerte al cuarto.

—Lo siento por eso —suspiró bajando al cabeza, avergonzado por lo pasado.

—No tienes que preocuparte, anda come, luego te llevo a tu casa —sonrió acercando la taza de café al menor.

—De todas formas —sorbió un poco la humeante bebida mirando directo al rostro del pelinegro, con una extraña sensación. —¿Por qué estoy aquí?, quiero decir, tú no estabas cerca de mí anoche en el bar...

—Eso... —suspiró Jaebum mirando la comida, comenzando a jugar con ella mientras pensaba cual seria la respuesta a aquella pregunta, decir que le salvo de una follada con un desconocido, o decir que sintió lastima de verlo en aquel estado. —Te traje porque estabas muy borracho, ya sabes, no podía dejar a alguien en aquel estado.

—Oh —fue lo ultimo en decir antes de buscar en sus pantalones su teléfono el cual se encontraba apagado. —¿Puedo cargarlo un poco antes de irnos?

Sonriendo Jaebum tomó el aparato llevándolo hasta el cuarto mientras, volviendo para desayunar con el castaño, apenas intercambiando palabras, concentrándose mas en la comida. Mientras rogaba que el moreno de la noche no intentara contactar al menor, o sabría que se lo llevo prácticamente contra su voluntad y una nueva escusa -sin conocer los motivos- tendría que inventar.

Antes de bajar del auto Jinyoung sonrió, despidiéndose del pelinegro, quien por lo oído, iba a entrenar para luego verse con aquella mujer y cenar con sus abuelos, acaso ella era su novia, prometida o quizás una simple amiga, pensaba mientras subía hasta le tercer piso del edificio, no se comparaba con el lugar donde había pasado la noche, no era ni por lo menos lujoso, un barrio sencillo el cual era tranquilo, y con solo dos ambientes, de los cuales uno era su cuarto, una sonrisa amplia se dibujo en su rostro, recordando el aroma de las almohadas y las suavidad del as sabanas, el olor del pelinegro era masculino, fuerte y sexy.

La sonrisa fue borrada una vez que su teléfono encendió, montones de mensajes comenzaron a aparecer en la pantalla, haciendo que el aparato no dejase de vibrar mientras que las llamadas perdidas se acumulaban.

[¿Por qué te fuiste, quien ese ese chico?]

[Jinyoung, soy Mino, por que te fuiste así, pensé que estábamos en algo]

[¡Por qué no contestas!]

[Lo mínimo es avisar a tu amigo que te quedaras en otro lugar]

[¡Anda responde, ese chico no se veía confiable!]

[Espero podamos encontrarnos otra vez... me gustaría mucho Jinyoung]

Suspiró con fuerza por aquel mensaje del moreno, recordando lo bien que congeniaban al hablar, los sensuales brazos que tenia y aquellos tatuajes que se asomaban bajo la playera que utilizaba, era completamente su tipo, uno sensual para follar y comenzar a conocer con el paso de los días, retomar encuentros y quitarse a Jaebum de su cabeza. Pero claramente le el pelinegro le había mentido, no fue completamente su culpa el llegar a su departamento, Youngjae le confirmó que había sido casi arrastrado fuera del bar. La molestia comenzó a aflorar en su cuerpo, ese idiota de jefe tendría que darle cara el lunes, no dejaría pasar un folle de aquella forma, menos de esa manera.

Bufó con fuerza contactando a su amigo, para asegurarse que se encontraba bien, y que no debía preocuparse, estaba vivo y de una pieza, sin ningún rasguño, a pesar de lamentar aquello. Se tiro sobre la cama, sin ánimos de mover un musculo, la resaca parecía aparecer de un momento a otro. 

Love Situation [JJ Project/Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora