1. Welcome Back

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Jaebum bajaba del avión con un rostro cansado, el vuelo desde Europa era largo, y ser obligado a volver no lo hacía feliz. Su abuelo había exigido su retorno, debía encargarse de un asunto específico, ya que pronto tomaría las riendas de la empresa. Las condiciones que el anciano pondría las conocería una vez en su despacho. Con un suspiro abordo el auto negro que le esperaba, aflojó el nudo de su corbata, y soltó el primer botón de su camisa.

Jaebum miraba en la entrada de la gran empresa Im, reconocida por sus grandes tratados con exportadores dentro de Europa y Asia. Tras tomar una bocanada de aire se dispuso a ingresar, su mirada debía reflejar amabilidad y no cansancio, ya que los trabajadores pronto lo reconocieran como el jefe del lugar. Avanzó hasta estar frente al ascensor, al momento en que las puertas se abrieron saludo a las personas que bajaba e ingresó sin más que sus manos en su teléfono, viendo apenas a través del reflejo del mental los rostros de las personas que subían junto a él.

Un hombre mayor y calvo con un par de arrugas en su frente, una chica rubia, de marcados rasgos, extranjera seguramente, y un chico con un gafete de visitante, con una sonrisa nerviosa que se mantenía con los ojos cerrados, murmurando apenas entendible, de seguro era uno de los tantos egresados que buscaba trabajar en la empresa.

El ascensor se iba vaciando a cada piso en el cual se detenía, quedando finalmente él, junto al chico de cabellos castaños, el cual evitaba constantemente su mirada cerrando los ojos, Jaebum le restó importancia, ya quedaba poco para llegar a la oficina de su abuelo, bajando cuando la maquina se detuvo, saludó a la secretaria del anciano, quien le dio el informó que el hombre le esperaba.

—Jaebum —sonrió el hombre levantándose para abrazar al chico, —no sabes cuanto te he extrañado, chico, tus padres solo decían lo bien que estaba, por qué nunca llamaste a tu abuelo —rió el hombre conociendo lo ocupado que se encontraba su nieto en Inglaterra.

—Sabes que tenía un horario diferente, además si te hubiera llamado, de seguro me regañarías por la hora —rió Jaebum tomando asiento en uno de los sofás de la amplia oficina.

—Claro que sí, a los viejos nos gusta apreciar las horas de sueño —sonriendo el hombre sirvió dos vasos con un poco de whisky, entregándole un vaso a su nieto, y el otro dejándolo en la mesa de café, frente a su cuerpo. —Sabes por qué te llame, ¿no?

—Solo me dijeron que era un asunto urgente —el pelinegro cambió su actitud a una más seria, la cordialidad familiar debía disminuir al momento de tratar asuntos laborales.

—Es importante, por lo menos para mi y mis empleados. —el anciano suspiró acercando una carpeta con un par de hojas. —La guardería, aquella que era de tu abuela, esta por desaparecer —tomó un momento antes de continuar—, las matriculas han disminuido considerablemente, a pesar de ser gratuita para nuestro personal, ellos están prefiriendo otros lugares para llevar a sus hijos, es por eso, que necesitamos que te hagas cargo del lugar, además será una prueba, si puedes sacar a flote la guardería, será fácil para ti mantener la empresa y el sueño de esta familia.

—Estás seguro de esto —Jaebum miraba los informes sobre el lugar, había realmente una baja considerable, las matriculas era escasas, el mismo había estado en el lugar cuando fue pequeño, recordaba el lugar con un montón de amigos por el jardín, pero ahora, no habían mas de diez pequeños en los registros, además de que los profesores constantemente renunciaban.

—¿Tomarás el desafió, hijo? —el anciano sonreía, dando un trago a su vaso.

—La sacare a flote, lo haré por la abuela y por los recuerdos que tengo —sonrió el pelinegro dando un trago al vaso, mirando a su abuelo, quien reflejaba orgullo en su mirada.

—Entonces deberías ir, y comprobar cómo están las cosas, debes asumir pronto tu cargo, y conocer a los nuevos empleados, o, mejor dicho, equipo de trabajo... recuerda que el personal es más importante que el "jefe...

—"No es nada sin los empleados, ellos son los pilares de todo lugar de trabajo". —finalizó Jaebum haciendo reír al hombre, por conocer aquella frase que siempre repetía.

Terminando de beber, se levantó junto a su abuelo, abrazándolo para poder despedirse de él, llevando los papeles y una sonrisa en sus labios, salió de la oficina, estaba ansioso y preocupado por la apariencia de aquel lugar, sus recuerdos eran de un lugar simple, con alegres profesores, que disfrutaban jugar con ellos, ciertamente fue feliz en aquella guardería. Tomó el ascensor, tras despedirse de la mujer, mirando nuevamente los papeles dentro del cubículo.

Luego de abordar su auto, llegó a la guardería, no pudo evitar suspirar aliviado al ver que se mantenía en buen estado, incluso mejor, los juegos de la entrada estaban en buen estado, demasiado bueno para un lugar así. Avanzó mirando el interior de las aulas, suspirando al ver varias desocupadas, y un par con unos niños, el lugar podía albergar alrededor de cien pequeños, con dieseis de ellos por aula, actualmente no habían mas de cuarenta pequeños inscritos, y la mayorea se divida en tres salones, ya que únicamente se contaba con ese numero de profesores, y uno que estaba aportas de su retiro.

Jaebum ingresó a la que ahora sería su oficina, quitó su chaqueta mientras revisaba cada informe que el director anterior había dejado sobre el escritorio, los maestros tenían diversos apuntes, pero necesitaba una visión personal de ellos. Suspirando comenzó a destacar y anotar un par de ideas. Cuando su labor acabó, se levantó para ir a los salones y presentarse oficialmente a cada maestro y a los pequeños.

Su sonrisa era amplia, amigable, los pequeños siempre podían sacar la mejor parte de su ser, le divertían y soñaba con tener uno en un par de años, los maestros eran amables con él, y la mujer que se retiraría al día siguiente era aquella que compartió divertidos momentos en su infancia, aquella mujer le tomó las mejillas acarició su cabello, entre sus arrugadas manos, cansadas por los años de trabajo.

Permaneció en el lugar, mucho después de que cada pequeño se fuera, y los profesores se despidieran de él.

Kim Yugyeom. Mirando la foto del chico, era el más joven, experiencia laboral mínima, había sido contratado hace unos meses, y apenas podía controlar a los pequeños, su voz era nerviosa y aguda, suspiró anotando su percepción de aquel chico en la hoja.

Kim Jisoo . La chica era alegre, amable y sonreía fácilmente, tenía tres años de experiencia, de los cuales uno y medio llevaba trabajando allí.

Y finalmente quedaba el maestro que llegaría en los próximos días, el remplazo de la señora Lee, ese maestro debería esforzarse el doble si quería llenar el lugar que la mujer se ganó en su corazón y en el de los pequeños de su clase. 

Love Situation [JJ Project/Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora