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Taehyung

Corrí lo más rapido que pude sin antes saludar a Jimin, que pobre de él le vine apurando desde que salimos de su casa. Podría jurar que estaba por tirarme del auto si no paraba de decirle que se apure, pero sé que no me dejaría. ¿O si?


Tragué, estaba sediento y con toda la garganta seca, ya que le dí la vuelta mi casa para entrar por la puerta trasera y, si estaba Jungkook, que no me viera entrar y mi madre no me avergonzaría delante de un idiota como él. Dos pájaros de un mismo tiro.

Tiré del picaporte, estaba tan deteriorado, oxidado y bueno, sucio que hizo mucho ruido, al igual que cuando abrí la puerta. Lentamente la cerré para no hacer mas ruido del que había hecho, si es que se podía hacer más.

Solté la puerta y subí un par de escalones, para entrar a la cocina. La puerta del patio daba a mi cocina, y como esta estaba cerca de las escaleras tenía acceso directo a mi habitación. La cocina estaba totalmente limpia, lo que me parecía raro.

Como había estado en la casa de Jimin desde la salida del instituto, que es casi la misma que el horario del almuerzo, hasta ahora, que son las cuatro de la tarde, de seguro que ya habran almorzado. Y como siempre que no estoy en casa, no lavan las vajillas.

Supongo que mi hermano o mi mamá habrán lavado, cosa que no creo pero tampoco es imposible.

Pasé por la cocina y subí tan rapido las escaleras que tuve que descansar un segundo en cuanto terminé. No estaba en buen estado físico, pero tampoco era una necesidad para mí tener un cuerpo de un atleta profesional, sinceramente me gusta mi pansita.

Corrí, algunas veces resvalandome, hacia mi habitación, pasando por un largo y algo estrecho pasillo. Iba tan rápido que pasé de largo, pero estaba seguro que ví una figura recostada en mi cama.

¿Jungkook? ¿Mi mamá lo habrá hecho pasar? ¿¡Porqué justo a mi habitación!? ¿¡Porqué estaba en mi cama!?

Me quedé tan shockeado que no pude frenar a tiempo y mi cabeza rebotó contra la pared al final del pasillo. Con todo esto y la hermosa y querida alfombra que me hizo patinar, caí al piso.

- ¡Maldición! - Salió de mi boca con tanta bronca que mi cara se volvió toda roja por la vergüenza y rapidamente me tapé toda el rostro, colocando ambas manos en mi frente solo para disimular y bueno, obviamente por el dolor que se esparcía por toda mi cabeza y parecía llegar a mi cerebro. Y encima de todo, un dolor constante en mi trasero por haber aterrizado con todas las de la ley en el piso. Quedé semi sentado sufriendo en el piso.

- ¡Tae! ¿Estás bien? - Aunque su preocupación sonaba sincera, no podía evitar escuchar que algunas palabras salian con un tono de risa.

La voz, gracias a todo lo que se convierte santo, no era de Jeon, era de mi hermano.

A pesar de todo el dolor, suspiré sonoramente tranquilizando cada neurona que pensaba algúna excusa para todas las cosas que podía preguntar el castaño. Igual, aunque no tenía por qué explicarle, quería ser educado y buena persona. No quería que se la agarre conmigo ni que se enoje e intentaría tener la mejor paciencia del mundo. Era obvio que si hacía algo que no era correcto, como "maltratarlo" lo usaría de excusa para escaparse y no estudiar. O bueno, eso pienso.

- Mark - Suspiro nueva mente y me recuesto en el piso. - Sálvame, por favor, no quiero, no quiero...

Sollozo falsamente, pero ninguna de esas palabras estaban vacías.

¿Enemy? || KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora