12. Mujeriego Sentimental

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Channing:

Por un importante deseo se hacen miles de cambios,-cambios que no se esperan, que se precipitan, que cuestan, que duelen- y una persona esta dispuesta a cambiar una y mil veces por un deseo, por un capricho, o por otro ser humano...

Nunca he sido cobarde, bajo ninguna circunstancia. Nunca he sido de los que corren, bueno, solo a veces, pero eso solo me pasó con una persona, una que nunca voy a olvidar, porque fue el torbellino arrasador de mis primeras veces: mi primer beso, primera niña a la que le hice el amor, primer recuerdo de manos unidas, primer cuerpo del sexo opuesto que abrace hasta cansarme, y por el que llore hasta secarme...

Nova...

Nova es un recuerdo bonito que hasta el sol de hoy me hace sudar las manos. No estudiaba conmigo, hablábamos solo una vez a la semana cuando mucho y nuestro círculo de amigos nunca fue compatible. Ni ella con el mío ni yo con el de ella. Era un polo opuesto, extremo a todas mis creencias y diferente a todo lo que pensé que quería en una chica. Nova fue la paz de mis silencios y hasta ahora, sigue siendo la razón de mis desvelos...

Pero por motivos bastante funestos.

Y no es que la ame, no. No la amo. O bueno, sí. La amo mucho, la amo demasiado, pero ahora el amor es diferente... no es como si la deseara, -honestamente no la deseo-, pero tampoco la aborrezco. Cuando ella me dio la dolorosa noticia de que lamentablemente su madre en España había accidentado su coche y su cuerpo había desaparecido hasta que, dos semanas después, dieron con él, y que tenía que volar de prisa con su familia para comprobar si el cadáver que encontraron aquél 5 de Agosto coincidía con el de su madre, mi mundo, mi universo, se fue con ella en aquel avión con rumbo a un país tan diferente al nuestro.

Lamentablemente el cuerpo que hallaron los transeúntes en Toledo fue perfectamente compatible con la descripción de su madre, y las circunstancias, la pérdida, y el dolor, obligaron a la familia entera de cuatro integrantes –que, por consecuente, se redujo a tres- a quedarse a residir en el lugar donde aquella increíble mujer trabajadora tenía una casa, un negocio de abarrotes que intentaba levantar, y un futuro del cual no pudo gozar por el evidente destino que le deparó el ser que, desde el cielo, dictamina el orden de nuestra existencia.

Nova fue obligada a estudiar allá y terminar el bachillerato donde su madre estudio en sus tiempos de juventud. Nuestra separación –aquella dolorosa ruptura- fue una inminente estocada para mi corazón y no solo significó la pérdida de una mujer más en mi vida, sino la pérdida de la segunda mujer más importante en mi vida... o al menos eso fue lo que pensé.

Con un beso, un abrazo y casi un millón de 'te quiero, chica de mis sueños', me vi en la imperiosa obligación de dejar ir a la que creía, en ese entonces, era el amor de mi vida. En realidad no terminamos como tal, quedamos en sostener, o intentar, una relación a distancia, pero fue imposible luego de un tiempo; Nova se ensimismó en su mundo, se volvió un ser de silencios incómodos y absolutos, y mas nunca volvió a llamarme Súper-Chang. Yo intenté sacarla de la burbuja gris que ella misma comenzó a formar alrededor de sí, pero eso fue aun mas imposible que intentar salvar 'lo nuestro' de alguna u otra precaria manera.

Lo intente, no lo intentamos, yo lo intente solo. Ella simplemente me escuchaba, pero no hablaba, y cuando nos despedíamos, ni de un escueto 'Adiós' era merecedor. Con el tiempo, con los meses, y con la soledad consumiendo mis vagos días de adolescencia, decidí que ya era suficiente de tanta congoja, ella era el barro, la brea que estaba hundiendo mi vida, y yo estaba dejándome arrastrar por su arena movediza sin ser capaz de resistirme a su ataque. Me estaba dejando morir -estaba muriendo- como ella misma estaba haciendo consigo, y eso no podía permitirlo mas. Un buen día me miré al espejo, y me vi mucho mas delgado y con ojeras de las cuales en mi vida había tenido rastro. Mis ojos saltaban a través de las pestañas y las lagañas pegajosas en mis lagrimales, solo me daban un aspecto mas furibundo y tétrico del que ya tenía. No obstante, no fue mi apariencia lo que me obligó a declinar mi tóxica relación con Nova (al menos, no del todo), fueron sus palabras:

El silencio de la lógicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora