Capítulo 23

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Punto de vista de Beca...

Al llegar a la casa de mi padre me comenzó a interrogar.

-¿Hablaste con alguien?- Su tono de voz era un tanto de preocupación.

-¿Tanto te preocupa que hable con alguien?- Le pregunté con sarcasmo, era evidente que le preocupaba.

-¿Lo hiciste?- Se había alterado un poco.

-No, Papi- Lo miré desafiante para después dirigirme a la cocina.

-Eso espero, si no ya sabes lo que pasará- Me iba siguiendo.

-¿Dejarme sin "amigas"? Sí, lo sé. ¿Tienes jamón?- Pregunté abriendo el refrigerador, trataba de verme como si no me importara que le hiciera daño a las Bellas, solo así las dejaría por la paz.

-No, no tengo jamón- Se recargó en la pared cruzándose de brazos.

-Deberías tener, si es que pretendes tenerme aquí...- Me interrumpe.

-No planeo tenerte aquí, es más, si fuera tú no desempacaría- Lo miré extrañada.

-¿Qué...- Me volvió a interrumpir.

-¿Crees que no sé que tú madre se fue de la ciudad?-

-¿Cómo sabes eso?-

-Sabía que tu no me lo dirías así que decidí buscar por mi cuenta-

-Se supone que tú no deberías hacer eso- Me acerque a él con mucho odio.

-Pero lo hice, así que descansa, mañana nos vamos a Dallas Texas- Dicho eso se va.-¡Y ni se te ocurra salir!- Grita desde las escaleras.

Se supone que el paradero de mi madre no lo podía saber nadie, ni siquiera yo, pero por una razón yo terminé sabiendo esa información.

Si mi madre no lo hubiese dejado salir de la cárcel, esto no estaría pasando.

Me quedé en la casa mirando por la puerta trasera lo nublado que estaba el día, claro que no podía salir para saber si la brisa era fresca, o caliente, sabía que había brisa por el movimiento de las hojas de los árboles.

Yo solo estaba esperando a que la noche llegara para así salir y ver a Chloe. Espero que haya leído la nota y que entienda que todo tiene una razón.

-Parece que va a llover ¿no?- Dice mi padre entrando a la cocina. Yo solo lo ignoré y seguí mirando.- ¿Ahora dejarás de hablarme?- Cuestiona. Me volteé y caminé para irme a descansar arriba, no sabía si había otra habitación, pero de lo que estaba segura es que no quería estar con él en esos momentos.

-Dime motivos para dejar de hacerlo- Le Sonreí irónicamente.

11:30 p.m.

Mi estómago estaba llamando. Parecía como si en cualquier momento fuera a comer todo a mi paso.

Por cierto, sí había otra habitación en la cual me encerré, pero no con llave; eso lo haría hasta en la noche.

-¿Beca?- Tocaba la puerta.-¿Estás dormida?- Yo solo miré la puerta y hice el sonido de un ronquido. - Sé que tú no roncas- Dijo abriendo la puerta.

-Que listo. De seguro también recuerdas que golpeaste a mi madre y por eso se alejó de ti- Le Sonreí sarcástica.

-Sí, lo recuerdo y...- Suspiró.- No sabes cuanto me lamento el haberlo hecho, ese día yo estaba...- Lo interrumpí, no quería recordar lo que había pasado; siempre lo hacía. Pero ahora no quería saber nada.

Tu silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora