Habían conducido hasta un prado remoto. La frescor de la hierba y el olor de las primeras flores de la temporada se apoderaban del lugar y producían una atmósfera tan fantasiosa que parecía que se hubieran trasladado a otro universo. Se habían detenido en una tienda 24h a comprar cuatro botellas de cuatro alcoholes diferentes y habían añadido a la cesta dos botes de nata y una máquina de burbujas.
Todos podían contar con los dedos de la mano las veces que habían disfrutado tanto. Porque surgió de la nada.
Surgió de la nada el ponerse a chillar y a correr. Surgió de la nada el beber de morro, el perseguirse porque sí, el rociarse la nata por encima. También surgió con naturalidad el que las chicas se montaran a la espalda de los chicos para comenzar una batalla en los aires. Se lo pasaron en grande revolcándose por la hierba sin importar mancharse y reían cada vez más a medida que se ponían más borrachos.
Todos tenemos un aguante. Cansados, se tumbaron con las barrigas al aire y contemplando destellos plateados surcar los cielos.
Minnah suspiró, expulsando un anhelo de romanticismo:
— Hace tanto tiempo que no veía las estrellas.
— Yo no — intervino Jiho.
— ¿Ah sí?
— Claro — afirmó —. Te veo a ti cada día.
Se miraron. Ellos ya hacía tiempo que habían dejado de verse para pasar a contemplarse. Y en aquella mirada, Jiho lo absorbió todo de su amada: sus pestañas, sus pómulos, las grietas de sus labios, el brillo de su iris, la curva de su sonrisa, el rojizo de sus mejillas. La atrajo hacia sí y la besó. La tuvo sobre suyo y la continuó besando. Resiguió con las manos la línea de sus espalda, de su cintura, de su nalga, pero todo sin salirse de la clase.
Hyuk se detuvo a observar aquella situación detenidamente. Se preguntó cuánto tiempo llevaba su amigo amando tan intensamente, a tan gran escala, y sin poder compartirlo con nadie. Se sintió impotente. Vio el suspiro que daban cuando se separaron para tomar aire y la niebla que invadía las miradas de ambos. Él sabía la clase de mirada que aquella era. Se besaron nuevamente, esta vez con el hambre de quienes se desean con grandes distancias de por medio. Esa fue la señal para Hyuk.
— Sungie, Sungie... —la sacudió y la fue arrastrando, dándole la mano y caminando en dirección contraria a la pareja con dificultades, a causa de lo ebrios que estaban ambos.
— Mh... ¿Dónde vamos? — rezongó, aunque dejándose guiar — ¡Hyuk!
— Shhh — la hizo callar —. Ahora es el momento en que tenemos que dejar a Minnah y a Jiho a solas.
— ¿Van a hacer guarrearías? — preguntó la chica, dandole en burla un tono infantil a su pregunta.
— No son solo guarrearías, pequeña — Hyuk la elevó en brazos una vez estuvieron lo suficientemente alejados —. Es una manera muy comprometida de amarse.
— ¿Como una promesa?
— Si lo quieres entender así.
— Entonces, acércate. Que te quiero hacer una promesa — Sung Ihn frunció el ceño al ver que el contrario se reía, sin tomársela del todo en serio —. ¡Vamos!
— Pero primero voy yo — protestó el mayor con un puchero.
— ¡Pues date prisa!
Hyuk se acercó sosegadamente al oído de Sung Ihn, y con una delicadeza que semejaba calculada, sus cuerdas vocales tocaron en un murmuro los acordes más complicados que existían en la faz de la tierra:
— Te quiero.✨
✨
¡hola! espero que hayáis disfrutado este episodio de la novela. me lo he pasado muy bien escribiéndolo. este es el gran salto de la novela. por favor shipead el Hyihn/Syuk. y también el Jinnah/Minho!!!!
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[song]writer « kwon hyuk
Romansa"Voy falto de historias. Me gustaría que formaras parte de mi biblioteca." 06012018 ©eroticismos