Capítulo 27. La "barbacoa" del sábado.

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Capítulo 27. La “barbacoa” del sábado.

El café del sábado esta semana tocaba en casa de Vera, pero como ya hacía un par de semanas que se había trasladado a vivir con Esteban, pensó que sería una buena ocasión para hacer la gran noticia oficial. Así que en vez del tradicional café celebrarían una barbacoa, a mediodía, en la piscina.

Yo, por mi parte, estaba deseando hablar con mis amigos y contarles, aunque solo fuera a modo de resumen, lo que me había ocurrido en las últimas dos semanas. El silencio, me estaba matando… vale que no fuera a decir nada en el trabajo, ni en Facebook, ni en Twitter, ni en Instagram, pero no poder contarle a las chicas y a Miguel, todo lo ocurrido con Oscar, el viaje a Nueva York, la pelea y la reconciliación con Rob… “¡Tanto secreto me mata!”. Yo soy una persona abierta y libre, que no tengo por qué ocultar nada y mucho menos a la gente que quiero y que comparte mi vida. Así que lo tenía decidido, de hoy no pasaba. Además, por mi cambio de comportamiento, todos me estaban atosigando con llamadas y whatsapp, creían que algo malo me estaba pasando y la trola del virus ya no colaba…

Les pedí el favor de que invitaran a mi amigo Miguel, al que las chicas conocían de haber coincidido unas cuantas veces, siempre de marcha, y aunque Esteban no sabía quién era, no puso ninguna pega. Al revés, se mostró muy amable e insistió en que invitara a quién quisiera… “Ojalá pudiera invitar a quien quiero…”

Quedé con Miguel, en recogerlo y así iríamos juntos en mi coche al chalet de Esteban, en la Moraleja. De la misma forma Ruth, les pidió permiso para que la acompañara su novio universitario Vicente, aunque estaba tan liado que no era seguro que pudiera venir, que digo yo, lo mismo el chiquillo está a punto de desentrañar los misterios de la fusión fría y tiene que estar un sábado encerrado en casa…

La insistencia en que vinieran todos mis amigos era que llevaba unos cuantos días pensando que tal vez sería una buena ocasión para contarles la historia de la cicatriz, la que había compartido con Oscar, a quién apenas conocía y al que llevaba ya sin ver 9 días… Y así abrirme sin miedos, en mi nueva etapa de aceptación, de modo que, qué mejor que contarlo una sola vez y a todos al mismo tiempo, para no andar con repeticiones y versiones. Así que, egoístamente, si Vicente, no venía, mucho mejor, porque a él no lo consideraba mi amigo, apenas nos lo había presentado un día y no lo habíamos vuelto a ver. Y Esteban, bueno, si iba a compartir su vida con Vera, lo iba a tener que ver en muchos momentos, así que bueno, que menos que empezar a tratarlo como a uno más…

Mis pensamientos divagan de un lugar a otro de mi mente, mientras preparo un pequeño bolso de mano con todo lo necesario, ya que nos arreglaremos en casa de Esteban y Vera “qué raro se me hace pensar en ellos como pareja… ¡y viviendo juntos y todo!” para salir desde allí, a la inauguración del nuevo local de Vera.

La inauguración sería esta misma noche. Vera había elegido la noche del sábado para que yo pudiera asistir. La verdad es que desde que volví del viaje, habíamos trabajado codo con codo para que estuviera listo hasta el último detalle. Yo, por mi parte, necesitaba mantener mi mente ocupada, ya que aunque hubiera puesto mis pensamientos en orden y me hubiera reconciliado con Rob, el estar sin noticias de Oscar, me intranquilizaba un poco… Más que nada porque la sensación de vacío no se aliviaba y había perdido las ganas de tontear con otros tíos. Así que cada día después del trabajo, dormía un par de horas en el hotel, en la sala del personal y desde allí me iba directa al barrio de la Latina, al local de Vera. Limpiar, ordenar, montar muebles, decorar, además de llevar todo el tema de redes sociales y publicidad, habían sido mis tareas.

Lo más duro, con diferencia, fue la selección del personal, para la que Vera me pidió ayuda y más vale que no lo hubiera hecho, porque… Pedíamos camareros con experiencia demostrable y/o relaciones públicas, y no os exagero si os digo que, así a grosso modo, más del 80% de los currículums que nos llegaron eran de licenciados e ingenieros, con uno o dos masters, la mayoría con el B1 de inglés y gran parte de ellos con el B2 y estancias en el extranjero de una media de 1 año…

Soy adicta al sexo Wattys 2014Donde viven las historias. Descúbrelo ahora