Hubo una etapa en tu vida muy triste; en donde todos los días estabas completamente sola, tus padres y maestros nunca se daban cuanta de como te sentías.
Tus lágrimas caían mientras escuchabas las risas escandalosas de tus compañeros.
Eras tan pequeña que a esa edad nunca te habían enseñado lo que era el bullying y la depresión; por lo que tuviste que descubrirlo sola.
A pesar de que querías defenderte, no podías. Te sentías débil e inferior a ellos.
Y así fue la mayor parte de la primaria.
hasta que en el último grado, tu madre por fin se dió cuenta que tus compañeros no eran unos angelitos.
Te cambiaste de escuela.
Tenías miedo de que vuelva a pasar lo mismo.
Pero no, no fue así.
Pudiste conseguir a un par de personas en las que podías llamarlas amigas.
Estabas feliz de que no seas tú.
Pero ahora alguien mas estaba pasando por lo que tú pasaste en la primaria.
Esta vez querías ayudar.
A pesar de que tus amigas intentaban detenerte, tú fuiste igual.
Apartaste a los chicos que estaban burlándose de quién sabe y ellos al mirarte suspiraron y se fueron.
Eras menor que ellos, si te hacían algo serían expulsados de la escuela.
La chica que estaba en el suelo, aún llorando, levantó la mirada hasta verte a tí a los ojos.
Sonreiste Levemente y le ofreciste la mano la cual ella aceptó luego de un par de minutos.
Era más grande que tú, pero realmente no importaba eso, solo podías notar su belleza y que ella no era de tu país o no parecía.
- ¿te encuentras bien?
Preguntaste.
Ella asintió con la cabeza.
Ambas estaban nerviosas ya que, al parecer, las dos no eran muy buenas siendo sociables.
- ¿como te llamas?
Decías mientras quitabas las lágrimas de sus ojos, ni tu sabías porque lo hacías pero al ver que la chica no se molestó seguiste haciéndolo.
- Kim Ye Won.
Volviste a sonreír.
Esta chica no era de aquí.
seguramente los chicos se burlaban de ella por esos hermosos ojos que ella tenía.
Dijiste tú nombre.
Y ella sonrió.
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Los únicos momentos que tenías para hablar con ella era en los recreos.
Tus amigas empezaban a caerle bien umji.
también empezaban los rumores de que ella y tú estaban en una relación.
Ambas se enteraron de eso, pero a ninguna le molestó.
Tu gustabas de ella.
Pero no dirías nada.
Ella merecía a alguien mejor y de su edad; pensabas.
Pero algo cambio hoy.
No recordabas cuando se lo propusiste pero umji iría a tu casa esa tarde.