Lo que alguna vez fue un padre ejemplar, ahora, se convirtió en lo que ambos menos querían.
Sabías que era culpa de la nueva mujer con la que está, él eligió a una cualquiera antes que a tí, su propio hija.
Y eso no se lo ibas a perdonar.
Saliste de tu casa en la cual llevabas viviendo la mayor parte de tu vida ahí, lo único que tenías puesto era un abrigo en la que la capucha cubría tu rostro.
Como idiota te olvidaste llevar una mochila con más cosas que necesitarías o al menos haber comido antes, morias de hambre pero no podías volver a tu casa y dinero era lo que menos tenías en este momento.
Caminabas en la oscura noche por un lugar que realmente no conocías muy bien, algo de temor tenías.
Pensabas que seguramente tengas que arrepentirte y volver a tu casa para obviamente recibir los inútiles sermones de tu padre.
Suspiraste al pensar que seguramente eso pasaría.
¿quien es tan tonto de escapar de su casa sin antes llevar dinero?
Tú.
Estabas tan metida en tus pensamientos que no viste a la persona que estaba frente tuyo, menos con la capucha que tapaba tu vista.
La chica se acercó a tí y te pregunto la hora pero aunque querías responderle, no podías, eras muy tímida hablando con gente que no conocías.
Elevaste la mirada para ver el rostro de la chica que al instante te diste cuenta que es más alta que tú.
Tímidamente sacaste el teléfono de tu bolsillo y bajando la mirada te fijaste la hora, volviste a mirarla a los ojos y le respondiste su pregunta.
Ella asintió y agradeció.
Pero no se fue de enfrente tuyo, algo que te incómodo.
- ¿me vas a robar?
Preguntaste mirando hacia abajo.
Ella río.
- Me llamo So Jung ¿y tú?
La volviste a mirar y con tu dedo meñique apuntaste a tu abrigo cerca de tu pecho en donde decía tu nombre, eso fue un regalo de tu nueva madre, ya que siempre olvidaba tu nombre Y como no quería hablar contigo, tu simplemente mostrabas esa parte de la ropa, porque sí, tu nueva madre hizo eso con cada ropa que tenías en tu ropero.
- no eres de por aquí ¿verdad?
Negaste con la cabeza.
- ¿te diriges a tu casa?
- No...No se ni a donde voy.
Dijiste con pena por lo tonta que puedes llegar a ser a veces.
- ¡oh! ¿en serio? Puedes venir a mi departamento...Si quieres.
Realmente no querías volver con tu padre y esa otra mujer, no querías.
Aunque tu padre cuando eras pequeña te dijera Miles de veces que no hablaras con extraños ¿que harás tú? Ir a la casa de uno.
No estabas completamente segura si ir o no pero ella no tenía vibra de ser mala por lo que no te hizo sentir insegura o algo parecido.
- tranquila, soy una persona buena y comprensible, no intentaré hacer algo que no quieras.
Suspiraste levemente y asentiste, no te quedaba otra opción.
Ella sonrió y hizo una seña para que la siguieras.