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— Y entonces él comenzó a cantar el baño de Enrique Iglesias — Alberto suspiró.

— Bueno, no es sorpresa para nadie que Dominic es un idiota a veces — Katherine hace una mueca —. Pero, de una forma u otra, él admitió que le gustas.

— Pero, ¿qué tal si es sólo otra apuesta con Matthew? Ellos viven apostando y esas cosas. Podría ser.

— No creo que lo sea, Alberto. Dom no jugaría con los sentimientos de nadie, no creo que sea una broma.

El castaño suspiró mientras miraba su almuerzo, la cafetería estaba casi desierta.

— Pero — volvió a hablar la pelirroja —, por si las dudas, hice una lista de formas en las que podrías darte cuenta si verdaderamente le gustas a Dom o no.

Kat abrió el bolsillo delantero de su mochila y sacó un papel color amarillo, lo revisó antes de entregárselo al chico.

— Quería saber si no me había equivocado de papel — se disculpó —, es que estoy escribiendo una nueva canción y no quiero perderla — encogió sus hombros —, en fin, fíjate cual idea usarás, hay varias.

— ¿Por qué éste papel huele a galletas oreos?

— No lo sé, le quité esas hojas a David. Tengo que irme, me toca clases de matemáticas y también debo ayudar a Kaitlyn en algo — respondió mientras se levantaba agarrando su mochila amarilla.

— ¿Te hablas con Kaitlyn? Pensé que ella te caía mal.

— No, ella es genial. Sólo tiene cara de enojada la mayoría de las veces pero es buena gente — Katherine comenzó a caminar, alejándose de la mesa. Llegó a la puerta y se dió vuelta, mirando a su amigo e ignorando las miradas de los demás, gritó —, toma una idea de la lista y avísame, no seas un maldito cobarde.

Alberto rió algo incómodo y miró el papel en sus manos, debería tomar una idea, no tenía otra opción.

DESPACITO, domberto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora