Capítulo X.

414 70 70
                                    


...


El padre de Luna, Bill, se levantó agitado al escuchar ruido por su casa. Nada más abrir los ojos buscó con la vista a su hija, quien hacía sólo unos segundos estaba sentada con él viendo la televisión. Al notar que ella no estaba en ninguna parte cerca de él, comenzó a caminar con nerviosismo para buscara por cada rincón. 

Hasta que escuchó gritos provenientes el baño.

— ¡Luna!— La sorpresa le vino de frente cuando al abrir la puerta para llegar a ella, ésta se encontraba cerrada— ¿Qué...? ¡Abre la puerta!

— ¡No puedo!— Dio voces. Su voz sonaba aterrorizada, algo que incitó a su familiar a pegar golpes para que se pudiera abrir.

— Maldita sea...

Posteriormente de chocar su hombro contra la madera tres veces, al fin cedió. Una vez dentro vio a la de cabello corto tirada en el suelo, titiritando por el miedo que antes había sufrido y del cual él, era ignorante. 

Delicadamente la agarró por los hombros, levantándola con lentitud para que dejara de temblar.

— ¿Qué ha pasado?

Sin pronunciar una palabra, el dedo de la muchacha señaló al espejo. El hombre elevó la vista en esa misma dirección, causando que sus facciones se desfiguraran al leer lo que había escrito.

Luna se tapó por el frío que se había instaurado en su cuerpo. Y una vez más, guardó aquella frase en su memoria.

« Estamos vigilando cada suspiro de aire que recoges, Luna ». 

La ojigris frunció el ceño y miró al progenitor que seguía pasmado por esa advertencia, más adusta que nunca.

— ¿Todavía crees que no es nada? —Preguntó.

---- ---- ---- ----

...


Una vez bien vestida y secada, ella y su padre se quedaron unos segundos en las sillas del salón, mirando al infinito. Ninguno tenía muchas palabras en ese momento.

— Tenemos que decírselo a tu madre.

— Ella ya tiene suficiente con su trabajo y lo que le hice pasar cuando desaparecí—Comentó, con una taza de café entre sus manos. Bill pensó que así entraría en calor—. Hasta puede que crea que estoy loca.

— Yo también lo he visto, así que dudo que lo piense—Dada su respuesta, Luna hizo una mueca de agobio—. Nadie puede decir que no es real, y tu madre necesita saberlo.

La contraria asintió algo ensimismada. En un suspiro, recordó que estaba lo suficientemente consciente como para ir a su cuarto y volver al baño para hacerle una foto.

Por suerte, no era como en esas películas donde intentabas dar con una prueba refutable de lo que te estaba pasando era real, porque en la imagen salía.

Más que miedo—que lo tenía, era más que obvio— estaba comenzando a molestarse de tantos atentos contra su vida. ¿Quién era? ¿Por qué era interesante para esa gente?

Isabel los pronunció en plural, así que tenía que ser más de una persona.

Su teoría era que podría haber indagado de más, y por eso iban a por ella. Sin embargo...Esa hipótesis tenía muchas lagunas. Entre ellas, que puedan acercarse de esa forma; En su casa, detrás de su espalda, en la bañera...

Agnoticism |Creepypastas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora