¿A Ella Mi Lealtad? ¡Claro Que No! [2Da TEMPORADA]

La Prohibición

——— Dioses,  este extraño presentimiento no me deja en paz...  ¿Qué será?  —mi mente es un caos total.  Recién me acabo de topar con algunos guardias del Santuario de Saori y tuve que dejarlos inconscientes para poder entrar.  Eso fue verdaderamente raro e inusual, jamás me había pasado. 

No tiene muchos días que ya estoy muy bien,  mis heridas se han sanado y he querido visitar a Saori y a Marín, así que aquí estoy, en el Santuario de Athena.  Sin embargo más sueños extraños me han estado atacando, siempre son pedazos de los recuerdos de alguien más... Pienso preguntarle a Saori en persona para saber que ocurre, mientras más camino mi armadura se hace pesada y no se, pareciera que no desea estar aquí.

Mi caminata y mis pensamientos se ven interrumpidos cuando siento cuatro cosmos enormes,  se que uno es de Mü pero los otros no los reconozco.  Al dar un paso, una increíble punzada me ataca en mi corazón y en mi cabeza, demonios ¿Qué está pasando?  Llego al Templo o Casa de Aries,  observo que Mü lucha contra dos guerreros que no distingo desde mi escondite.  Noto que llevan unas especies de armaduras pero oscuras... Son hermosas, he de admitir.  ¿Pero qué demonios Seiya?  Son el enemigo,  no debería halagar sus armaduras sino ayudar a Mü.  No puede ser, Mü ha sido golpeado por uno de ellos,  mi sangre hierve del enojo y ya no soy dueño de mis acciones.

Mi cuerpo se mueve por si sólo, concentro mi cosmos para atacar a ese desconocido con mis Meteoros y logra dar efecto, de un salto bajo y me quedo a lado de Mü.

——— Seiya...  —no sólo Mü sino los otros tres me mencionan ignoro a los otros y me intereso en el de cabellos lilas.

——— Mü, ¿Qué sucede? ¿Cómo es que tu muro tan poderoso ha sido vencido?  —pido, no, exijo saber mirando al de ojos verdes pero por unos cortos segundos no recibo una respuesta, así que miro a los demás para saber que ocurre y me llevo una gran sorpresa— ¡¿Afrodita, DeathMask?! Se... Se supone que murieron en la batalla de las Doce Casas... Pero, ¿Por qué?  ¿Acaso es una ilusión?  ¿Son unos fantasmas?

——— No, no son fantasmas. —por fin escucho la voz de Mü, centro mi atención en él unos instantes— Son Espectros.  Guerreros de Hades,  dios del Inframundo.

——— ¿Espectros? ... ¿Dijiste Hades? ... Hades...  —varias punzadas de dolor en mi cabeza me dan, sin embargo no lo demuestro. Se que he escuchado ese nombre, lo sé.

——— Sí,  él es el verdadero enemigo que la diosa Athena debe enfrentar.  Desde la era del mito se han enfrentado en innumerables batallas donde gracias a su inmenso poder y amor hemos salido vencedores.  Hace muchos, muchos años ella y el dios Hades de enfrentaron, el resultado fue nuestra victoria, casi destruyendo al alma del dios del Inframundo y sellando a todos sus guerreros. Sin embargo,  la fuerza de ese sello de ha debilitado y el alma del dios ha reencarnado para acabar con la diosa Athena.

No me lo puedo creer, entonces... —Eso significa que todas y cada una de las batallas que hemos tenido han sido solo el comienzo de la verdadera guerra. 

——— Ahora que lo has entendido bien,  Seiya,  me temo que debes marcharte.  De lo contrario, tu destino será la muerte.  —voltea su mirada y estoy muy confundido.  ¿Mi destino será la muerte? 

——— ¿Muerte?  Debes de estar bromeando, ¿verdad?  No puedo irme y dejarte luchar solo. Nosotros también somos Caballeros de Athena, daría mi vida por Saori si fuese necesario.

——— Seiya,  esto ha sido decretado por la diosa Athena.  —niego varias veces, eso no puede ser cierto.  Me acerco a él exigiendo una explicación pero recibo uno de sus ataques mandándome a volar y estrellar contra el suelo, pero yo no salgo de mi estupefacción al saber que Saori se atrevió a prohibirnos ayudarle. No lo concibo si desde el principio estuvimos a su lado y le ayudamos a que la reconocieran como la diosa que es.

No se que sucede, no me quedaré de brazos cruzados.  Saori, me debes una explicación.