Segunda Temporada de ~A Ella Tu Lealtad, A Mi Tu Cuerpo~
Es hora de recordar el pasado, de recordar mi vida anterior, de recordar a mi verdadero amor, a mi familia y de saldar cuentas, Saori.
XD Lo sé, no encontré mejor título que ese.
•Yaoi
•T...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
♎Narradora♎
Después de haber sido visitado por los que eran caballeros de plata, ahora siendo Espectros del señor Hades, el caballero del Dragon Shiryu decidió regresar a Grecia, al Santuario de Athena. No demoró tanto como lo esperaba y eso era un gran alivio, su maestro el antiguo caballero de Libra, Dohko, se había marchado al mismo lugar en busca de lo que sería su última batalla. Sin perder más minutos, enfocó su cosmos para percibir los de sus compañeros pero nada, ni una estela de rastro que sirviera de indicio ante la posibilidad de no estar solo... O al menos hasta que un cosmos muy conocido se acercaba a su dirección. Aún en guardia, su rostro viraba a donde escuchaba pasos que se acercaban hacia su persona y fue entonces que al sentir su presencia lo más cercano posible, fue que algo de alivio impregnó su ser.
——— ¿Eres tú, Ikki? —comenzó la conversación el dragón esperando una respuesta positiva a su cuestión.
——— ¿Qué haces aquí Shiryu? Deberías estar en los Cinco Picos. —No es que no le alegrara verle ya mejor a como cuando lo encontró esa vez en el templo submarino de Poseidón, era sólo que el muy estúpido se atrevió a venir estando inválido de su vista y por los raspones que tenía su rostro, significaba que había tenido una pelea recientemente.
——— He venido a luchar en nombre de la diosa Athena. Espero que nuestras intenciones seas las mismas, Ikki. — Su tono de voz era calmado, estar cerca del mayor le traía paz y claro, eso mientras su genio era controlado. Se sentía algo solitario al no tener ninguna visita por parte del de ojos azules y el que llegara a decirle que regresara, le daba malos presentimientos.
———Te equivocas, la diosa Athena ordenó asesinar a los que tenían prohibido estar en el Santuario, en pocas palabras, somos unos estorbos y unos incompetentes a su lado por lo que si sigues tu camino, tendré que visitarte en tu tumba. —trató de ser lo más neutro posible, esperaba que el azabache se diera cuenta que ya esa diosa no les necesitaba. Quería que estuviera a salvo, pero bueno, no lo diría a viva voz.
——— ¿Pero qué cosas dices? Jamás dejaría sola a la diosa Athena y menos a nuestros amigos, Ik.. —se había enojado, pero su sentimiento fue acallado con una patada al estómago por parte de su mayor. —I-Ikki...
——— Tu actual condición solo empeora tu escaso rendimiento. Regresa, Shiryu.
——— ¡Nunca! Ya te lo he dicho, jamás los dejaría solos en una batalla y se que nos necesitan. —de nuevo otro golpe le hizo callar, esta vez con más fuerza y tanta que salió disparado a un pilar de por si ya destrozado. Cuando menos se lo esperó, el mayor le alzó tomándole de su camisa y le miraba con burla, ésto último lo intuyó.
——— Esa insistencia tuya me saca de mis casillas, pero luego no me culpes de no haberte advertido de tu destino. —lo dejó caer sin ningún cuidado, su preocupación fue en vano sabiendo que nada haría cambiar de decisión al azabache. No le detendría, le daría el gusto de autodestruirse pero muy en el fondo, en lo más recóndito de su alma, sabía que no se perdonaría el hecho de que saliera más lastimado. Comenzó a caminar en una dirección contraria de la de su dragón y éste al escuchar los pasos, temió de verse solo por aquél que hacía latir desbocadamente a su corazón.
———¿A dónde vas Ikki? ¿No piensas estar a nuestro lado?—preguntó angustiado,levantándose y alerta a todo.
———Ya te lo había dicho antes, no estoy del bando de nadie. —suspiró, negando secretamente.
——— No Ikki, no puedes dejarnos... Ni a mi... Por favor —trataba de convencer al obstinado Fénix sabiendo recibiría palabras cortantes de su parte.
——— Son todos unos tontos ilusos, incluso acabo de ver a otro idiota por allá. —señaló aunque sabía que su actual pareja no vería la seña.
———¿Iluso? —no demoró en darse cuenta de quién hablaba su pareja— ¡Seiya! Ikki por... —no terminó su frase, ya no había rastro del cosmos de su ave fénix. Suspiró amargamente y echó en su espalda la caja donde guardaba su armadura de bronce. Sin más preámbulos, salió corriendo a donde sentía un poco del cosmos de su amigo.
A veces no me acuerdo exactamente lo que sucede en la Saga de Hades, pero trato de hacerlo bien. Ok, ya anule la publicación de la primera temporada y estará en reparación. Trataré de hacer entendible mi historia.