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Kara

(+18)

Cuelgo el teléfono y sonrío como boba al saber que él estará aquí dentro de una hora.

Ha pasado más de una semana desde la última vez que nos vimos ya que ambos estuvimos muy ocupados con nuestros respectivos trabajos.

Me pongo a acomodar un poco el apartamento y me fijo que haya algo para comer, aunque estoy segura de que él ya se habrá encargado de esa parte. 

Rato después, abro la puerta para encontrarme con su mirada penetrante y esa sonrisa pícara que me encanta.

Una chaqueta de cuero negro cubre su exquisito torso por sobre una camiseta blanca ajustada. Este hombre es el sueño hecho realidad de cualquiera...

- Hola..- logro articular, dejándolo pasar. - Está helado allí afuera, tuviste problemas conduciendo con la nieve?- digo distraídamente viendo su espalda mientras se adentra en mi departamento y deja su bolso en el piso.

De pronto, voltea mirándome con una expresión hambrienta. Sus ojos oscuros me acechan y relame sus labios antes de esbozar una sonrisa ladeada.

Mi corazón se acelera ante el solo pensamiento de lo que puede llegar a pasar a consecuencia de esa expresión prometedora. 

Antes de que pueda meditarlo, me estoy acercando a él y besando sus labios con necesidad. Sus brazos me pegan a su cuerpo, haciendo que note su emergente erección contra mi abdomen.

Me aferro a su cuello a la vez que él nos lleva contra la pared más cercana y presiona su cuerpo al mío. 

Jadeamos entre besos pasionales, saboreándonos luego de tantos días.

Sus labios se deslizan a lo largo de mi garganta con detenimiento, esparciendo besos húmedos en conjunto con su lengua. 

Mis manos de pierden entre las hebras de su cabello rubio cuando intento atraerlo más cerca.

- Alex...-

No puedo evitar gemir cuando muerde de manera insinuante la piel que está debajo de mi clavícula y con su mano derecha alza mi pierna, enganchándola en su cintura.

- Te necesito...- gruñe por lo bajo, conectando su mirada con la mía por un momento.

- Ya me tienes...- le digo, sin ocultar el sentido ambiguo de mis palabras.

La verdad es que ya me tiene en todos los sentidos posibles. Tiene mi mente, mi cuerpo y por muy cursi que suene, también tiene mi corazón. Pero no es momento de cursilerías ahora.

Sin mucha conversación más, nos dirigimos hacia mi habitación, sin alejar nuestras manos y labios el uno del otro.

La ropa va cayendo por el pasillo y por el corto trayecto hasta que llegamos a la cama.

Me arrodillo sobre el colchón e inmediatamente siento a Alex pegarse contra mi espalda.

Sus manos inquietas me rodean hasta tener un buen agarre de mis pechos mientras mi descarado novio se aprieta contra mi trasero.

Lo único que nos mantiene separados son mis pequeñas bragas de encaje blanco, pero eso parece no molestarle, ya que simplemente las hace a un lado con sus dedos antes de ubicarse en mi entrada y hundirse en mí por completo.

Jadeo sintiendo todo de él. Nuestros cuerpos y almas unidos de la forma más primitiva.

Inclino mi rostro hacia un costado para poder volver a besar sus dulces labios a la vez que Alex comienza a movernos en sintonía.

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⏰ Última actualización: Oct 28, 2019 ⏰

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