-¿Crees en eso de las almas gemelas?- pregunto con curiosidad Charles mientras veía con curiosidad el abdomen de su hermana.
-No lo se Charles, creo que hasta que no lo vea no lo voy a creer- murmuro la rubia mientras veía con detenimiento lo mismo que el de ojos azules.
-Pero lo estas viendo- respondió lo mas bajo que pudo el castaño, sin despegar la vista del abdomen.
Puede que la apariencia de su hermana cambiara, pero por alguna razón ese nombre siempre se mantenía en su piel. Aveces se cuestionaba si era porque su hermana así lo quería o porque la marca era tan fuerte que no importara la piel esta siempre iba a resaltar. Prefería que fuera la primera y no la segunda, quería creer que en el fondo su hermana también anhelaba encontrarse con su alma gemela algún día tanto como el.
-Solo veo una simple marca Charles, esto no significa nada para mi - dijo en tono frío la chica -dudo que alguien llegue siquiera a quererme con esta apariencia- murmuro tan bajo que ni siquiera Charles la pudo escuchar.
-No digas eso Raven, tu tienes suerte- la de piel azul lo miro cuestionandolo- al menos tu sabes como se llama- mientras decía eso empezó a desviar su mirada avergonzado.
Raven lo observo unos instantes, su hermano siempre se quejaba de eso, el hecho de no saber el nombre de su alma gemela y en cambio solo tener algunas palabras grabadas de lo que seria su primer encuentro.
-Tu lo único que quieres es hacer trampa- dijo la chica con diversion en el rostro, el de ojos azules la miro indignado- seamos realistas, si supieras su nombre aprovecharías tu mutación para encontrarlo, eso es trampa-
-No digas eso- Charles sonrió con diversion, su hermana tenía razón, el destino era tan extraño, le dio la mutación perfecta para encontrar a su alma gemela, pero no le daba pistas, solo unas simples palabras que no le servían de nada en ese momento.
-Como no quieres que diga eso, con las simples palabras que leo en tu brazo ya se que no lo vas a conocer en situaciones normales- siguió burlándose la rubia, pues al parecer su hermano conocería a su alma gemela de una manera peculiar- yo creo que lo vas a acosar o algo así-.
El castaño observo con curiosidad las palabras que estaban grabadas en su brazo, ignorando el último comentario de su hermana. Prometían un buen primer encuentro, aunque algo extraño.
-¿Crees que mi alma gemela sea mutante?-pregunto con mucha curiosidad e ilusión en su voz.
No es que si su alma gemela no lo fuera no la iba a querer, pero una parte de el le hacia mucha ilusión tener un alma con el cual compartir también eso. Raven frunció el seño al escuchar eso.
-Sabes tu mayor preocupación no debería ser esa, apuesto a que si es una persona normal ni bien sepa que eres mutante va a huir de ti- dijo la chica, por un segundo charles creyó que era una broma, pero al ver la mirada seria de su hermana se dio cuenta que hablaba en serio.
- No deberías decir eso, apuesto a que lo aceptaran- la voz del chico sonaba entre comprensiva, pues sabía de los miedos de su hermana.
-Para ti es fácil decirlo- respondió enojada mientras se levantaba del sofá e iba rumbo a su habitación para encerrarse en ella.
El chico observo a su hermana con algo de resignación hasta que la perdió de vista, luego volteo a ver su brazo, las palabras "Suéltame, suéltame, ¿quien eres?. Yo te oí en mi mente, ¿como lo hiciste?..." estaban grabadas en el, al menos su hermana tenía razón en algo, no iba a dar una buena primera impresión.
Aunque las siguientes palabras "Creí que estaba solo" eran las que mas lo hacían pensar, o su alma gemela había tenido una infancia muy solitaria o tal vez era mutante al igual que Raven y el.
Tal vez y solo tal vez tendría suerte y su alma gemela sería un hermoso y poderoso mutante del cual el se sentiría orgulloso. Solo esperaba que desde el momento que se conocieran y hasta el final de sus días estuvieran juntos y felices.
Oh, que equivocado estaba Charles.
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Muy lejos de ahí se encontraba un cobrizo acostado en lo que parecía una vieja cama. Observaba su brazo con algo de molestia. Las palabras que le diría su alma gemela estaban grabadas ahí ¿Que calmara su mente? ¡Ja!, el sujeto al que estaba atado estaba loco si creía que lo iba a aceptar en su vida.
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El concepto de tener grabadas el nombre o las primeras palabras de tu alma gemela siempre me ha gustado y se me ha hecho muy romántico. Pense en un universo donde a Charles y a Erik les pasara eso. Charles lo esperaría con mucha ilusión, mientras para Erik siento que sería una molestia que se interpondría en su meta.
Al final creo que acabaría mal para ambos, porque el rumbo de la historia seguiría. Se separarían y discutirían por su manera de ver el mundo, pero al final Charles no abandonaría a Erik y este en parte tampoco abandonaría a Charles, pero nunca estarían juntos.
Serían las almas gemelas perfectamente imperfectas. Nos harían sufrir mucho.
Si, el Cherik es cruel.
Quiero crear un Au con esta temática, pero ya debo muchos fics, así que mejor calmo a mi imaginación.
