"Tu eres mi serafín, el ángel más poderoso de todos, serás mi protectora"
Aquellas palabras resonaban en mis oídos cada vez que recordaba a mi padre.
Lo siento papá, no pude protegerte el esos monstruos del TCRI. Prometo tomar venganza del Kraang, y...
-¿Por qué no contestas?- Karai presionaba una y otra vez el numero de Gemma, pero esta solo la mandaba a buzón de voz.
La chica se encontraba sentada en la banca de un parque. Eran cerca de las 6 PM, pronto anocheceria.
Un suspiro salió de su boca, para después sentir como su teléfono vibraba.
-¿Una video llamada?- cuestionó confundida al ver que era el número de Gemma, presionando el botón para aceptarla.
De pronto, la imagen del departamento apareció, pero algo se encontraba sobre el suelo que hizo estremecer a la joven.
-¿D-Donnie...?
Leonardo, Raphael y Miguel Ángel aparecieron rápidamente, entrando a la habitación por el balcón.
-¡Donnie!- Leonardo y Mikey se acercaron rápidamente, mientras Raphael sacaba sus sais buscando alguna señal de Gemma o de Noah.
El teléfono de Leonardo sonó nuevamente, el numero desconocido.
-Gemma- contestó de inmediato.
La chica rió del otro lado de la línea.
-Parece que ya encontraron a su hermano. No puedo creer que se preocupen por alguien tan desagradable como él- la joven los observaba desde otro edificio.
-Es nuestro hermano...
-Parece que eso se transmite también por la sangre. Entonces se hubieran junto con él...
-¿De qué hablas?- cuestionó con odio en sus palabras.
-Solo estoy limpiando esta ciudad- sonrió presionando un botón.
De repente, uno de los edificios que se encontraban a unas calles del parque donde se encontraba Karai, colapsó por completo, cayendo en pedazos.
Los sonidos de algunas alarmas de auto aturdieron la ciudad mientras el polvo de los escombros llenaban las calles.
-N-No...- titubeó al ver que la llamada se había cortado, levantándose rápido y corriendo al derrumbe.
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El sonido de las ambulancias acercarse y estacionarse rápidamente volvieron la escena incluso más mórbida de lo que ya era.
Personas inocentes habían sido aplastadas por el edificio, junto a algunos que transitaban cerca cuando este colapsó. Una tragedia total.
Mientras que Karai solo podría enfocarse en la mano de uno de sus amigos, que sobresalía de los escombros. Algunos de los espectadores la habían notado igualmente, murmurando y tomando fotografías.
Gente despreciable.
El teléfono de Karai vibró. Un mensaje de un número desconocido había llegado.
"La guarida. -Gemma"
La joven presionó con fuerza el teléfono, caminando lentamente al subterráneo.
