Capitulo 12 || Final ||

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El silencio en los túneles era penetrante. Se podía incluso escuchar los pasos vacíos y lentos de la joven, mientras el agua mojaba levemente sus zapatos.

Su cuerpo de tambaleaba con cada paso que daba. Las razones de vivir dejaban de existir poco a poco. Se sentía como si pequeños pedazos de su alma caían y rebotaban sobre el suelo.

-Preguntaría si estás bien, pero creo que a respuesta es obvia- la joven se acercó a ella, colocándose a cuclillas, viendo la herida en su pierna- Tengo un botiquín en mi departamento, está cerca de aquí. Puedo llevarte y curarte.

-¿No quieres invitarme a cenar, primero?- mantenía su humor aun con aquel dolor- ¿Cómo sabes que no voy a atacarte?

-Seria de mala educación, ya que acabo de salvar tu vida- sonrió extendiendo su mano- Soy Gemma.

-Karai- respondió tomando su mano.

Era inútil el solo recordarlo, nada de eso podía nublar su mente de las cosas que les haya hecho a todos esos mutantes, a todas esas personas, a su familia.

La luz del televisor en la guarida encandilo levemente su vista. Era lo que producía ruido en aquel lugar. Se acercó de desconectarla, ya nadie la vería. Ahora solamente se escuchaba la máquina de Pinball, la cual igualmente desconecto. Sus ojos recorrieron todo a su alrededor.

Oscuridad, era lo único que podía ver. Ya había anochecido, y la única habitación de la guarida que se mantenía iluminada era el dojo.

Se podían ver la leve llama de las velas que mantenía el altar de Splinter atreves del papel que cubría las paredes.

Karai se acercó lentamente, tocando el marco de la puerta, y mirando en el interior.

El cuerpo de un chico se encontraba sobre el suelo. Un pequeño charco de sangre rodeaba su cabeza. La alfombra oriental comenzaba a mancharse con esta, mientras las velas eran lo único que iluminaba la escena, en donde Gemma le daba la espalda a ambos, mirando el altar del fallecido maestro, Hamato Yoshi.

-Lamento que tu padre haya sido convertido en algo tan horrible como un mutante- dijo en un tono serio.

La joven de cabello corto presiono sus manos, acercándose a ella lentamente, pisando la sangre, y dejando leves rastros de esta.

-No te atrevas a nombrar a mi padre, después de lo que acabas de hacer.

-Si supieras la verdad, entenderías- su hombro fue jalado, haciéndola mirarla.

-¡A lo que llamas "la verdad" no excusa el monstruo que eres!- la empujo, tirándola al suelo- Me hiciste confiar en ti, hiciste que me enamorara de ti. Me hiciste creer que podía ser alguien normal, pero en realidad, ¡Solo me querías para tu maldita y enferma venganza! Ni siquiera eran los mutantes el problema, el problema eras tú, siempre fuiste tú.

-Tu quisiste confiar en mi- apoyo sus brazos sobre el suelo, recargándose en la pared débilmente.

-Todo este tiempo supiste que yo era un mutante, ¿Por qué no me mataste?- las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos- Aquella noche, que me entregue a ti, que te mostré lo que era, ¡y no me mataste!- tomo fuertemente el cuello de su blusa- ¿Por qué mierda no lo hiciste? Preferiste que sufriera viendo como matabas a quienes amaba...- la soltó de golpe, haciéndola caer nuevamente.

-¿Por qué no te mate...?- sonrió levemente, poniéndose de rodillas, y girando su cuerpo, dándole la espalda- La respuesta es simple...- saco su pistola, dejándola sobre el suelo, y empujándola detrás suyo, haciendo que chocara contra los pies de la kunoichi- Porque no quise hacerlo.

Seraphim || TMNT 2012Donde viven las historias. Descúbrelo ahora