"Tu eres mi serafín, el ángel más poderoso de todos, serás mi protectora"
Aquellas palabras resonaban en mis oídos cada vez que recordaba a mi padre.
Lo siento papá, no pude protegerte el esos monstruos del TCRI. Prometo tomar venganza del Kraang, y...
-Auch- Karai tocaba su cabeza después del golpe que se había dado al intentar entrar por la ventana.
-Cuidado- rió mirándola.
Karai parecía estar totalmente ebria, en cambio Gemma había logrado controlarse.
Ambas de sentaron en la cama entre risas.
-Ha sido la mejor noche de mi vida- sonrió mirando a Gemma- Gracias. Me gustaría que todas las noches fueran así, sentirme.. normal
-Eres normal- Gemma sonrió moviendo el pequeño mechón de pelo que Karai tenia.
-No... Hace tiempo deje de serlo- bajó la mirada- Yo... - de repente, su mano se convirtió en su forma serpiente.
Gemma la miró detenidamente.
-¿Cómo...?- la miró algo atónita.
-El hombre que mató a mi padre... Me convirtió en esto...- musitó algo triste- puedo controlarlo pero, no es fácil saber que eres un... Monstruo- volvió a convertir su mano a humana- Seguro ahora piensas que soy un fenómeno, ¿no?
Gemma sonrió levemente, acercándose a ella.
-Creo que comienzan a gustarme...- susurró rozando sus labios con los de ella.
Una pequeña lágrima resbaló por su mejilla, correspondiendo al beso.
Desde la partida de su padre y la desaparición de Shinigami, había sentido un enorme vacío.
Pero ahora, en tan poco tiempo, sentía que había encontrado a alguien que podía llenarlo.
Abrazó su cuello, recostandose en la cama con ella encima.
Gemma se separó levemente, mirándola.
-¿Segura que quieres hacer esto...?
Karai sonrió, pasando su mano por debajo de la blusa de su acompañante, girándose y colocándose sobre ella, retirándose su blusa y dejando a la vista su sostén negro.
-Me toca a mi tomar la iniciativa- sonrió besándola, entrelazando sus manos.
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El reloj marcaba las tres de la mañana, y Gemma, se mantenía mirando a la chica mientras dormía.
La espalda desnuda de Karai comenzó a mostrar algunas escamas de la piel de serpiente que guardaba. Esta las acarició lentamente, para después sacar una cuchilla de su cajón.
La levantó, apuntando al cuerpo de la chica que yacía en la cama en un sueño profundo.
Suspiró, guardando la cuchilla y tomando su ropa, cambiándose.
Tomó su arma y su teléfono, marcando un número mientras salía del departamento en silencio.
-Habla Gemma, necesito tu ayuda.
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-No creí que en serio contestaras mi llamada a esta hora- Gemma dejaba su saco sobre el perchero.
-Solo no hagas mucho ruido, tengo visita en el cuarto- se sentó en la silla junto a la mesa- Espero valga la pena tu inesperado encuentro.
-Noah, Roger esta muerto- soltó de golpe haciendo que el chico la mirar algo confundido.
-¿Una misión?
-Así es- respondió seria.
-No me sorprende, siempre fue muy descuidado- Gemma rodó los ojos- ¿Y quieres que haga algo?- recargó su rostro en su mano sobre la mesa.
-Hay una lista de gente con la que necesito que me ayudes- sonrió sacando un pequeño maletín con algunos fajos de dinero- Un adelanto para que compres el material.
El chico miró el interior, cerrando el cierre y levantándose para colocarlo en un estante.
-¿En qué puedo servirte, señorita Waller?- dijo dándole la espalda mientras acomodaba el maletín.
-¿Qué te parecería, volar en pedazos un edificio lleno de gente?- el chico sonrió al escuchar la propuesta, mirándola sobre su hombro.
