<<El abandono del cuerpo de Ión, una fuerza cósmica oculta y la posibilidad de una nueva vida>>
El cuerpo de Ión Cameron permaneció sin ser reconocido en la morgue local por más de 20 días, su madre y su padre regresaron de viaje unos quince días después de su muerte y se dieron cuenta de lo que pasaba.
Todo había convergido para que ellos no se percataran que Ión estaba desaparecido, Timoty uno de sus "amigos" había encontrado el celular de Ión tirado en un sillón y había contestado algunos mensajes como si fuera él, en un estado que poco podía reprochársele. Otro de los chicos que estaban ahí había hecho lo mismo en medio de un caos emocional, eran chicos muy perturbados por las drogas, contestaban como si fueran él sin saber que Ión había muerto.
Estas acciones distrajeron la atención de los padres de Ión la primera semana, luego el celular quedó en el olvido en aquella casa y nadie volvió a encenderlo.
Ninguno de sus padres se alarmó ya que consideraron normal que un chico de dieciocho años no contestara siempre a los mensajes. De regreso a casa tras quince días de viaje ambos se encontraron con la realidad, a esa casa no había vuelto absolutamente nadie durante su ausencia, todo estaba exactamente igual que como ellos lo habían dejado al partir.
La realidad se tornó insoportable, comenzaron las desesperaciones, los reclamos, la histeria y la culpa. La irresponsabilidad vuelta contra sus vidas, fragmentándolas. Destrozos de objetos en la casa, días de furia y descontrol como si eso solucionara la realidad, el silencio, el horror y pensar indiscutiblemente todo el tiempo en lo peor. Todo fue amargo a partir de ese día, mientras no encontraban rastros del joven.
Solo hablaron con la policía de lo que acontecía porque ambos sabían que Ión no frecuentaba a los amigos que ellos conocían el último tiempo, sentían culpa haberlo abandonado por sus egoísmos, era insoportable para sus padres tener ese peso en sus espaldas. Ambos se habían retraído en sus vidas miserables, se habían recluido en sus propios personalismos profesionales, olvidándose de cuidar a su único hijo, ahora desaparecido que era su única y real responsabilidad.
Una mañana de mediados de enero del dos mil trece recibieron un llamado de la morgue de la ciudad y corrieron a la cita con inercia de máquinas. Al llegar caminaron al depósito de la morgue y reconocieron el cuerpo, estaba impecable y bello. En verdad parecía un ángel, se lo notaba calmo y en paz, parecía no temerle a nada, ni tener nada que reclamar a nadie. Decidieron dejar el cuerpo en la morgue para ultimar los detalles del sepulcro sin hacer demasiadas demostraciones en el lugar, parecián anestesiados. Ninguno de los dos volvió por él, no toleraron esa realidad.
La madre de Ión sin demorarse en un estado de shock sombrío se mudó a New York esa misma semana, encontrar a su hijo muerto la desmoronó completamente y nunca se recuperó, luego de hacer trizas todo lo que pudiera romper en su casa y de culpar a su marido por todo, abandonó Nueva Orleans y nunca regresó, murió por sobredosis de medicamentos psiquiátricos para la navidad del 2014.
Su padre, Laurent Cameron, varias veces se acercó a la puerta de la morgue con la intención de ingresar, pero al llegar a la puerta se retiraba sin hablar con nadie. Esa conducta la tuvo durante varios meses los primeros dos años, pero luego de la muerte de su mujer no se lo volvió a ver en ningún lugar público. Se recluyó durante más de tres años en su casa, no habló con nadie ni se lo vio en lugares públicos.
Ninguno de los padres de Ión avisó sobre la muerte a ninguna entidad pública, ni siquiera los vecinos se enteraron. Todos supusieron que él estaba viviendo en Nueva York con su madre. Ión no frecuentaba a sus amigos de la niñez hacía más de un año, solía saludarlos de lejos en el último tiempo en caso de cruzárselos, no estaba conectado.
Ya no tenía vínculos fuertes y los amigos con los que consumía no reclamaron su presencia. El tiempo comenzó a pasar, mientras el cuerpo y el alma de Ión descansaban en paz, en el segundo nivel, un espacio intermedio entre la vida y la muerte, vibrando en alta frecuencia. Nadie suponía que Ión poseía un poder cósmico, una fuerza sobrenatural para volver de la muerte.
El abandono del cuerpo, el dejarlo sin sepulcro, algo que para cualquier humano sería desdeñable, fue la puerta de acceso a la posibilidad de una nueva vida y mantuvo en alerta a las autoridades del misteriosos segundo nivel, que se encargaban del cuidado del cuerpo de Ión aguardando que todas las circunstancias adecuadas estén listas para regresarlo a la vida.
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Después de la Muerte
RomansaIón Cameron ha permanecido aislado en el segundo nivel, un espacio paranormal que detiene a los elegidos entre la vida y la muerte. El amor de Mel Perry propicia las condiciones para que él tenga la posibilidad de una segunda oportunidad en la ti...