Enfrentar la realidad

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Gracias por en mis obras...

Enfrentar la realidad

Cuando el reloj del gimnasio anunció las seis de la tarde Mel entendió que tenía que enfrentarse a la realidad, era el momento de llamar a ese chico y dejar de escapar, cruzó la calle casi temblando, hacía frío pero no era por eso que su cuerpo temblaba, iba a llamar a Ión por primera vez en su vida y eso para ella era muy importante. 

Tomó su celular, había algunos mensajes sin leer y llamados de números de Nueva Orleans que ella no reconocía. Decidió borrar todas las notificaciones y concentrarse. Hacer ese llamado la atemorizaba, y temblaba un poco su pulso. Depositó el teléfono en alta voz en la mesita de luz  y se recostó en su cama ahorcando al pobre oso de peluche.

El teléfono sonó varias veces,  mientras su respiración se entrecortaba, el estómago se le anudaba y sostenía su pecho porque su corazón iba al galope, también y como si todo lo demás fuera poco,  hacía modulaciones de la voz para sonar atractiva en su hola, toda una actuación para que la llamada pase al contestador antes de comenzar y un mensaje de bienvenida le diga fría y secamente:

<< Dejá tu mensaje.

El tono de Ión en la casilla era poco amable e imperativo, poco humano, inalcanzable, rarísimo y atractivo al mismo tiempo y  ella se había enamorado sin remedio.

Unos minutos  el mismo número desconocido de Nueva Orleans que había intentando contactarla antes hacía sonar su teléfono y ella  contestó rápidamente:

― ¡Mel Perry!―dijo en tono formal, creyendo que podía ser el llamado de algún profesor de la universidad.

― ¡Uf! ¡Qué seriedad para ser una desaparecida!―dijo Ión del otro lado sonriendo.

―No reconocí el número y aunque no lo creas tengo una licenciatura casi terminada, soy ayudante en dos seminarios en la universidad este semestre y como  uno de mis jefes tiene su familia en Nueva Orleans y este número es desconocido tengo que demostrar seriedad ― dijo Mel sonriendo aunque  estaba asfixiada, era él... y eso, para ella significaba mucho, pero  no dejaría  que él  notara  nada de toda esa emoción.

― Bueno chica seria, casi licenciada y desaparecida, ¿cómo estás dos días después de nuestro encuentro?, pensé en verdad que estabas asustada ―dijo Ión en plan de seducción, haciendo que Mel suspire y salte un poquito en su cama, no soportaba lo que sucedía en su cuerpo cuando él le hablaba, sentía que no era real, pero en verdad era lo más real que había vivido en toda su vida con él, todo su mundo estaba dando vueltas con emociones nuevas.

― ¡Bien, familia, amigos, comida hogareña!, todo lo que una persona desea después de meses sin nada de eso en la universidad ― dijo Mel mintiendo, intentaba evadir sus emociones y la pregunta que Ión le había hecho, ¿cómo estás dos días después de nuestro  encuentro?, se repetía la pregunta en su cabeza una y otra vez e intentaba concentrarse para respirar, era imposible no ponerse nerviosa de solo intentar contestar esa pregunta y pensar en él.

― Me alegra que te sientas bien y  espero que tengas tiempo libre esta noche Mel Perry, ¿o eso sería mucho pedir a una "casi licenciada"? ― dijo Ión usando un tono aún más seductor y provocando que Mel quisiera cortar el teléfono, la estaba invitando a salir y ella no lo podía creer y quería esconderse.

― Esta noche vamos a ir a Pat O'Brien's y estás invitado, podes decirle a algún amigo, Sophie Nasdaq y mi prima Audry vendrán conmigo ―dijo ella sacando fuerzas sobrenaturales e intentando sonar normal y un poco superada, pero Ión se percato del esfuerzo y respondió.

―Me parece muy bien que me incluyas en tus planes, veremos qué puedo hacer con mis amigos, ayer me puse en contacto con algunos, ellos también están de visita en la ciudad. Vamos a vernos en un rato, les voy a decir si quieren que vayamos a ese bar, no creo que haya problemas.

Después de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora