Capítulo 4

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Hola soy Andre~ Veo que os está gustando jejejeje Me gustaría daros las gracias por leer y dejar comentarios, me hacéis súper feliz <3 Y, bueno, aquí va el cuarto capitulillo, besooooos~

El príncipe se giró, sobresaltado, y en la entrada de la puerta vio la bajita y regordeta figura de Fiona.

-Ah… Fiona, que susto me has dado.

Fiona le miró, interrogante, y Chicle no supo muy bien que responder. Optó por lo más fácil.

-Estaba paseando, y recordé que aquí vivía Marshall, y vine a ver si estaba…

-¿Entonces sí que os conocéis?-preguntó, curiosa.

-Um… Bueno… Éramos amigos… Pero de eso hace mucho tiempo-sonríe, a pesar de que le dolía recordarlo- ¿y tú qué haces aquí?

-Ah… Hace mucho que no sé de él, y me preocupaba… Pero seguro que está bien.

-Eso espero…-susurró, inaudible.

Salió de la cueva y se despidió de Fiona. Volvió al castillo y se acostó en la cama. Suspiró y se cubrió la cara con la almohada.

-¿Dónde demonios te has metido?-susurró en la oscuridad de su habitación.

Llevaba demasiado tiempo sin verle, y se estaba empezando a preocupar más de lo debido. Entendía que estuviera enfadado y que no le quisiera hablar, pero de ahí a que ni le abriese la puerta… Aunque Fiona dijo que ella tampoco le había visto. ¿Y si le había pasado algo malo? No… O sí…

La posibilidad de que le hubiese pasado algo malo estaba matando a Chicle. Trató de dormir, pero apenas lo hizo tres horas.

Trabajó durante toda la mañana en su laboratorio, y decidió salir a pasear para despejarse.

-Chicle…-una voz chillona le agarró por la espalda.

-¿Qué…?

Le comenzó a doler la cabeza, y no logró zafarse de aquellas manos que le atrapaban.

Despertó en un calabozo de… ¿hielo?

-¿Q-Qué hago aquí…?-preguntó, aturdido.

-Buenos días amor mío-dijo la misma voz que le había hablado antes de quedarse dormido.

Se frotó los ojos para aclararse la vista, y vio a una mujer de pelo blanco al otor lado de las barras que le encerraban.

-Reina Helada… No me equivoco, ¿no?

-¿Me conoces?-sonaba entusiasmada.

-He oído hablar de ti… ¿Y bien? ¿Qué quieres de mí?

La reina soltó una risa histérica y le volvió a mirar.

-Obviamente, a ti.-comenzó a andar de un lado a otro-Llevo tiempo esperando a tu coronación para que salieses del castillo y poder conseguirte.

-No te entiendo…

Estaba bastante confundido.

-Estás aquí porque me quiero casar contigo.

-¿Q-Qué?-exclamó, incorporándose.

-Lo que has oído-sonríe y entra a la celda.

El pelirrosado anda hacia atrás, tratando de evitarla, pero acaba chocando contra la pared. La mujer le sujeta del mentón y le mira a los ojos.

-Me dijeron que tienes un pasado bastante interesante…

-¿Q-Quién te ha dicho eso?-preguntó un tanto sonrojado.

-Lo sabe todo Aaa… Pero lo olvidaron, ha pasado mucho tiempo, ¿no?

-Suéltame.

-¿Y qué tal Marshall Lee?-preguntó, divertida.

-Bien… Espera, ¿qué sabes de él?-estaba comenzando a enfadarse. Aquello no le hacía ninguna gracia.

-¿Tendría que saber algo?-rió-Sé que vas a buscarle todos los días, pero que él no aparece. Supongo que habrá vuelto a la Nochesfera después de su fracaso amoroso.

-¿Cómo puedo llegar?

-¿A dónde?

-A la Nochesfera.

-Es imposible para un mortal, querido mío.

Se quedó en silencio pensando. Tenía que encontrar la manera de entrar a ese sitio.

-Bueno-intervino la mujer-dejemos a Marshall y volvamos a lo nuestro…

Se acercó a la boca de Chicle, pero de pronto cayó al suelo. Fiona estaba detrás de ellos con una gran sonrisa.

-Llegué a tiempo… ¡Vamos Chicle!-le agarró de la mano para que saliese de allí.

Saltaron por la ventana, donde abajo le esperaba Cake. Volvieron al castillo.

-Gracias Fi…-se sonrojó, avergonzado de no ser capaz de defenderse a sí mismo.

-No las des Chicle, por algo soy la heroína de Aaa, ¿no?-rió y se acercó a la puerta-Me voy, creo que PB tiene problemas…

-Adiós.

Se despidieron y Chicle se quedó solo. Subió corriendo a la biblioteca real y comenzó a buscar información sobre la Nochesfera.

-Mentita-la llamó.

-¿Si, señor?

Apareció rápida por la puerta.

-¿Tenemos información sobre la Nochesfera?

-Claro que no, señor. La condesa mandó quemar todos los libros que tuvieran algo que ver con los vampiros desde ese… día.

-Ah… Y… ¿no sabrás cómo llegar?

-¿P-Perdón?

-Mentita, por favor, necesito encontrar a Marshall Lee-dijo, con un ápice de desesperación. Se agachó ante la doncella y la cogió de las manos- Ayúdame…

Mentita suspiró y le miró con pena. Sabía de sobra como entrar, pero no quería meter en problemas a Chicle. Aunque en el fondo sabía bien por qué era: al parecer Chicle se estaba enamorando del vampiro.

-Sé como entrar…-acabó diciendo, con un suspiro- Pero no quiero que sufra ningún daño, alteza…

-¿De verdad?-sus ojos brillaron, y una gran sonrisa adornó su rostro-Te prometo que no me pasará nada-dijo, abrazando a Mentita.

-Está bien… Vamos.

De camino a una habitación del castillo que no se usaba, fueron recogiendo los productos necesarios para abrir el portal. Mentita se encargó de abrirlo, de una forma que a Chicle le pareció absurda y cómica, pero lo consiguió.

-En cuanto cruces, se cerrará-le explicó-. En una hora lo abriré en el mismo lugar, creo que tendrás tiempo de sobra…

-Por supuesto-se agachó y abrazó a Mentita-muchísimas gracias.

-No las de, alteza. Venga, adelante.

-Hasta luego…-sonrió, cruzando el portal.

&quot;No fue por tu culpa&quot; /Gumlee/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora