Capítulo 7/3

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Después de jugar a los videojuegos durante un buen rato, Marshall se despidió y volvió por el camino más largo a casa, pues no tenía muchas ganas de volver. Casi llegando, decidió ir al castillo. Tal vez Chicle siguiera en su laboratorio y podrían aclarar las cosas. De nuevo, todos aquellos pensamientos negativos volvieron a su mente. Negó con la cabeza y resopló, pasándose la mano por la cara.

Voló hasta la ventana del laboratorio, pero la luz estaba apagada. Suspiró algo más tranquilo, y fue a la de su habitación. Llegó al balcón y abrió los ventanales que daban al interior.

-¿Chicle...?-susurró, hasta que se dio cuenta de que estaba dormido.

Sonrió inconscientemente y se acercó un poco. Parecía tan tranquilo... Suspiró y acarició su cara despacio, como si se fuera a romper de un momento a otro. Dejó un beso en su frente y buscó algo para taparlo. Al no encontrarlo, dejó su sudadera y salió de vuelta a casa.

Después de aquella visita, se dio cuenta de que  en realidad no estaba enfadado, sino algo decepcionado con sus palabras.

Se pasó el resto de la noche de aquí para allá, jugando con los lobos o asustando a quién se atrevía a salir a esas horas.

...

Chicle se levantó algo confundido, hasta que recordó que se había quedado dormido. Se llevó las manos a la boca con un "oh glob" y se levantó. Se dio cuenta de que había una prenda negra sobre él, y al momento reconoció que era del vampiro. Sonrió inconscientemente.

-Marshall...-susurró, mientras se acercaba la sudadera a la nariz.

Suspiró. Quería verle, pero no podría hasta que acabara el experimento.

Fue lo más rápido que pudo al laboratorio, a acabar de una maldita vez con el experimento.

Al poco rato, Mentita apareció con el desayuno, y una pequeña agenda en la que tenía apuntados los deberes del día.

-Señor, si hoy está disponible, quedó para tomar el té con Fionna y Cake.

El príncipe asintió mientras apuntaba unos números en la pizarra con una mano, mientras sostenía una tostada en la otra.

Por suerte, ese día no tenía más quehaceres, y con un poco de suerte, podría ver a Marshall por la noche.

Se pasó toda la mañana, y gran parte de la tarde, encerrado en el laboratorio, trabajando sin descanso. Cerca de las cinco, consiguió acabar. Sonrió enormemente al descubrir como su pequeño ratón volvía a la vida, sin fallo alguno.

-Bien...

Apuntó rápidamente los resultados en una gran libreta y salió corriendo a su habitación. Se deshizo de su ropa y se metió a la ducha. Desde fuera, Mentita le avisó de que sus invitadas ya habían llegado.

Chicle resopló, bastante estresado, y salió para vestirse con bastante prisa, sin darse cuenta de que se puso un calcetín de cada color.

-Bienvenidas chicas-sonrió, saliendo al jardín.

Las aventureras saludaron con una sonrisa y se sentaron.

-Hey Chicle, se te ve algo estresado-rió Fionna al fijarse en sus calcetines.

-¿Q-Qué?-se sonrojó el príncipe sin enterarse qué tenía tanta gracia.

-¡Fionna!-Cake alargó una de sus patas para golpear su brazo-No te preocupes cielo-sonrió la gata.

Chicle suspiró y se sentó, bebiendo algo de té. Su cabeza comenzaba a doler.

-Di, ¿qué has descubierto esta vez?

El pelirosa explicó su experimento, y el gran éxito que había tenido.

-No pienso volver a participar en ninguno de tus locos experimentos-comentó la rubia.

Pusó cara de asco al probar el té, echándole más azúcar. Chicle sonrió levemente.

-Está bien, eso que te pierdes-se encoge de hombros y la mira-Bueno, ¿y qué hay de ti, qué tal con el príncipe del reino del fuego?

Las mejillas de Fionna se tornaron rojas cual tomates, a lo que Cake soltó una sonora carcajada.

-Creo que puedes tomártelo como un bien.

Los dos rieron a carcajadas, y esta vez Fionna enrojeció, pero de rabio.

-¿Ah si? Pues que sepas que Marshall...-sus palabras fueron cortadas por Cake.

-¡Fionna! Es un secreto...

Chicle frunció el ceño, confundido. ¿Y si Marshall había contado algo...?

*Flashback*
-Oye Marshall...

Chicle descansaba sobre el pecho del vampiro, dejándose llevar por las sensaciones que sus caricias le provocaban.

-Dime~

Marshall sonrió cariñosamente. Nunca había imaginado llegar a encontrarse en aquella situación con su querido príncipe, algo que para nada le desagradaba.

-Esto... Bueno, nuestra relación y eso, tiene que ser un secreto-se incorporó para mirarle a los ojos, algo vacilante-Yo... Lo siento si no estaba entre tus planes, pero necesito que sea así.

-Está bien-sonrió Marshall, posando una mano sobre la mejilla contraria-No me importa.

-Prométemelo.

-Te lo prometo.

-Por la corona-pidió, cerca de sus labios.

-Por la corona...-susurró el mayor, antes de fundirse en un beso con el contrario.
*Fin flashback*

-¿El qué es un secreto?-preguntó, ansioso.

Las dos hermanas se miraron sin saber muy bien qué decir, a lo que se reunieron las dos para debatir en susurros el qué responder.

-Fionna, las has liado.

-Nah, no creo que sea para tanto... ¿Y si ya lo sabe?

-Pero cómo lo va a saber.

-Yo que sé, son amigos. Los amigos se cuentan cosas...

La gata se mordió el labio inferior, pensando en que Fionna llevaba razón esta vez.

-Ejem... Sigo aquí-las interrumpió el príncipe.

Las chicas se irguieron de nuevo y se miraron, decididas.

-A ver, tampoco es para tanto...-comentó Cake.

-Bueno, que Marshall tiene hoy una cita-sonrió emocionada.

"No fue por tu culpa" /Gumlee/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora