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TaeHyung miraba a HoSeok (sabía su nombre porque tenía una credencial con este en la zona de su pecho) con el ceño fruncido.

—No puedes volver a darme esa respuesta —le reclamó. Sus ojos negros mirando intensamente a los violeta.

—Lo lamento, joven V —ese era el nombre que le decía a aquellos que no conocía—. Pero es la única forma de que podamos obtener los libros que desea.

—¿Eso es lo que recibo yo por ser uno de los mejores clientes? Ya deberían haberme dado una solución hace mucho tiempo.

—Los libros que usted necesita son muy difíciles de conseguir…

—Con mayor razón —lo interrumpió. Esa no era una respuesta decente para él.

HoSeok, notoriamente cabreado con TaeHyung, no pudo contenerse y dijo lo que un buen vendedor jamás debería decir.

—¿Esta no es la única librería existente, sabe? Si no le gusta la solución que le damos puede ver si lo ayudan en otra parte.

TaeHyung rodó los ojos.

—No puedo creerlo. ¿Me está echando?

—Lo lamento joven, no quise…

HoSeok trató de remediar su torpeza pero ya era demasiado tarde, pues V le soltó un enajenado discurso.

—Eres un vendido al sistema, ¿sabes? Tú y tu jefe, que nos vende toda esa porquería distractiva, pero que no pueden conseguir los libros que realmente nos informan. Es una burla.

—Lo lamento en serio, joven —HoSeok parecía sentir cualquier cosa, menos lamentarlo. Los demás clientes estaban comenzando a ver el espectáculo de TaeHyung y eso era realmente vergonzoso.

—Quiero dejar un reclamo, HoSeok. Tu jefe no me ha dado una solución, y tú me has dicho que me marche a otra librería —dijo de forma altanera.

Vale, TaeHyung se estaba pasando de la raya y siendo especialmente desagradable con ese tipo, pero la última frase le había molestado mucho. Él tenía una forma de ver las cosas más allá que cualquiera, y el vendedor (HoSeok) no era culpable de esto, aunque claramente estaba alienado.

Él detestaba a los sometidos que se dejaban llevar por las masas. Era un soñador y amante de la libertad de expresión.

Iba a ganarle al sistema, necesitaba que la gente pudiera acceder a los libros que informaban la realidad de las cosas y no pura basura. Quería que la gente estuviera despierta y consciente como él, no sumisa o perdida como el vendedor.

—Yo no he hecho nada malo —se defendió HoSeok.

—Tú eres sólo un subordinado y no conseguiré nada contigo —le reclamó TaeHyung—. Exijo hablar con tu jefe ahora.

Una chica joven de mirada amable y ojos verde claro, se acercó a ambos e hizo una reverencia a TaeHyung. Ella era NaYeon, y lo había atendido en ocasiones anteriores.

—Joven V, por favor. Entienda que no todos desean leer los libros que a usted le gustan, y por eso no están disponibles inmediatamente. Esto es un negocio a fin de cuentas… —era muy bonita y de voz suave, apaciguadora. Quería calmar a TaeHyung.

Pero TaeHyung era un cliente persistente y desagradable que no se daría por vencido.

—Ya dije que no quiero hablar más con ustedes. Necesito hablar con tu jefe.

Dándose por vencida, fue ahora NaYeon quien se dirigió a la oficina de SeokJin.

AZUL #taejinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora