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SeokJin, después de tres días, aún no volvía a ver a su Alma Gemela.

El chico no apareció más por la librería, y su cuerpo estaba sufriendo las consecuencias: sus ojos ardían y no dejaba de llorar. Parecía estar resfriado, con los ojos hinchados del ardor por haber encontrado a su otra mitad. Aunque estos síntomas eran normales, en él se incrementaron más aún por no estar con ese cliente que era su reflejo.

SeokJin sentía algo extraño cada vez que se miraba al espejo y apreciaba el nuevo color de sus ojos. Le daba un toque realmente bello a su rostro ya hermoso, y no dejaba de recordar aquellos ojitos asustados que huyeron de él.

Pero era soportable.

Honestamente, ahora creía que todo el asunto de las almas gemelas era un proceso cultural: tal vez ni siquiera se necesitaba a esa persona, tal vez todos lo hacían porque socialmente debía hacerse y no porque era una necesidad.

Comenzó a replantearse todos sus paradigmas, sus creencias, e incluso sus síntomas: podrían ser sólo psicológicos.

Le contó a su hermano NamJoon sobre sus nuevas inquietudes cuando este fue a verlo a la oficina, preocupado de su estado.

—Oh, hyung —dijo NamJoon asustado.

—Qué.

—No suenas como tú.

—¿Qué? ¿A qué te refieres?

—¿Me dices que tu Alma Gemela es el cliente obsesionado con las conspiraciones? —SeokJin asintió. —Pues te oyes exactamente como alguien así.

—No te entiendo.

—Quiero decir que ese chico definitivamente es tu Alma Gemela. Incluso estás pensando como él, hyung.

SeokJin aún estaba incrédulo. Incluso empezó a leer acerca del adoctrinamiento de las masas por internet, aunque nada de eso planteaba alguna teoría relacionada con las almas gemelas. Nadie ponía en duda que los ojos eran el reflejo exacto del amor.

Al quinto día, SeokJin estaba convencido de que V sí era, en efecto, su Alma Gemela, porque simplemente no podía dejar de pensar en él. En su cabello brillante y rostro perfecto, en su grito y posterior huida.

Se imaginaba su cuerpo cerca del suyo, devolviéndole toda la cordura que le estaba quitando desde que había desaparecido.

Sus pensamientos no eran del todo puros: nunca pensó, honestamente, que pensaría ese tipo de cosas sobre alguien que apenas había visto una vez.

Lo que no sabía SeokJin, es que TaeHyung se encontraba en la misma situación. El joven ya se había imaginado con el guapo encargado de esa estúpida librería en todo tipo de situaciones, desde las más cotidianas, hasta las más obscenas.

Quiso convencerse a sí mismo, que después de cinco días, sus padres lo habían obligado a encarar a su Alma Gemela. Lo que de hecho estaba ocurriendo: su madre ya no podía aguantar verlo así, con los ojos llenos de lágrimas y haciendo bromas aburridas sin razón aparente. Quiso convencerse que era por eso, y no porque su cuerpo y alma le pedían a gritos volver a verlo.

Así que esa misma tarde, decidió al fin ir a la librería.

Ir por él.

AZUL #taejinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora