Colapso + lluvia = ¡Mierda!

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Ally.

Llamó por quinta vez a una agencia de decoración para la feria de ciencias pero todas tenían precios muy costosos o no atendían el maldito telefóno.

Hasta el momento ninguna le servía, lamentablemente no contaba con mucho presupuesto, porque lo que habían reunido para el baile era muy poco.

Y ahora tenía que hacer milagros para repartir lo que tenía en la decoración, los implementos para los clubs y además comprar las cosas necesarias para pintar el instituto.

Se mordió las puntas de su cabello con nerviosismo y ansiedad.

Necesitaba ayuda urgentemente, así que, a paso veloz se dirigió al aula en donde se encontraba Ross Lynch.

Cuando transitaba por el pasillo, una corriente de aire le llegó por todo el cuerpo y causó que la piel se le erizara.

El pronóstico del tiempo anunciaba una tormenta para la tarde de ese mismo día, y el cielo estaba cubierto de nubes cargadas de agua.

La ventisca comenzó a azotar la ciudad desde las ocho de la mañana y ya estaban anunciando en las noticias sobre los daños que estaba causando en variadas zonas del país.

Cuando despertó ese día lo primero que hizo fue encender la televisión y cuando se informó sobre el mal clima, se estremeció.
Nunca le habían gustado las tormentas, le causaban mucho terror. Sobre todo cuando se escuchaban los truenos, era horrible, jamás lograba conciliar el sueño en noches así.

Se frotó las manos y cuando llegó al aula, golpeó suavemente la puerta.

La profesora Smith le abrió la puerta y la miro enarcando una de sus cejas rubias, al igual que su cabello que llevaba amarrado en una perfecta cola de caballo, sin ningún mechón suelto.

—Señorita Dawson ¿Se puede saber porque está usted interrumpiendo mi clase? —cuestionó con amargura.

Ally sonrió falsamente y contestó con voz suave.

—Necesito a uno de sus estudiantes... —urgó en su bolsillo y sacó el documento que le había entregado el profesor Clayton hace dos días—. Ross Lynch, tengo autorización de la directora para sacarlo de clases cuando yo lo estime conveniente.

La mujer leyó el papel con desdén y llamó al muchacho que rápidamente guardó sus cosas y se acercó al marco de la puerta,  ya contento de no tener que escuchar más la aburrida clase de Fisíca.

—Te puedes ir —le hizó un movimiento de cabeza y comenzó a cerrar la puerta, pero a mitad de camino la abrió y se quedó observando a Ally—Sí mal no recuerdo, usted señorita Dawson tiene exámen esta tarde y no podrá excusarse con ese documento. Llegue o reprobará.

Asintió con la cabeza y suspiró retomando su andar.

—Por poco te golpea —dijo Ross unos minutos después con el ceño fruncido.

Se encogió de hombros.

—Es algo... estricta, digamos que no le gusta que me salte sus clases por ser la presidenta y le molesta que apruebe sus exámenes cuando ni siquiera asisto a clases. —bufó—cree que tengo favoritísmo.

Ross arrugó aún más sí es posible su entrecejo y negó con la cabeza.

—¿No es eso algo estúpido? —preguntó con ironía—al final términas teniendo el doble de trabajo en comparación con los demás.

—Pues así lo ve ella.

Pronto le explicó a Ross la situación de la decoración y le consultó si conocía algo que les pudiera ayudar.

El Secreto De Tu Voz |Raura Y Auslly|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora