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Capitulo 1. Feliz cumpleaños Draco parte I

—¡Draco! ¡Draco! ¡Por Merlín, camina!

Narcissa Malfoy cubría su nariz con un pañuelo negro mientras con la otra mano intentaba jalar a su hijo al interior del edificio. Apartamentos muggle. En eso habían terminado. Un bloque gris que se asemejaba a un cartón húmedo. Nada similar a la imponente mansión en la que había pasado media vida.

Quería llorar de pura frustración.

—¿Cómo pudiste aceptar vivir en esto?— Draco hacía que las palabras sonaran como si escupiera letra por letra con repugnancia.

—¡Basta ya, Draco!— en los límites de su paciencia, Narcissa levantó la mano frente al rostro sorprendido de su hijo.

—¿vas a comenzar a golpearme?— el rubio enarcó una ceja. Su madre nunca le había tocado más allá de una suave caricia.

—Solo haz lo que te pido— la mujer bajó la mano con tristeza.

—Bien— refunfuño Draco, se alzó de hombros y tomó las maletas arrastrándolas hasta las puertas del elevador —¡Esto es increíble!— levantó los brazos con furia. —¡No sirve esta porquería de elevador!

—Tendremos que subir las escaleras, no creo que eso te desgaste mucho. — La boca de Narcissa destilaba ironía, muy a la par de su vástago. Estaba bastante claro que ninguno quería estar ahí.

—Podríamos arreglarlo si tuviéramos nuestras varitas.— gruñó.

—¡Cállate!— perdiendo tolerancia, la rubia le dió un fuerte pellizco en el antebrazo —Recuerda que estamos en un lugar donde no podemos hablar de nada de eso y anda ya, muero por dormir un poco.

—¿Dormir?— para Draco apenas eran creíbles las palabras de su madre. Desde que habían encerrado a Lucius, solo se dedicaba a llorar, rara vez comía y de dormir ni hablar, y ahora por fin le había dado sueño, en ese preciso día, en ese preciso instante. Vaya mierda.

—Sí eso dije, quiero dormir— remarcó molesta.

Sorprendiendo a Narcissa, Draco subió los cuatro pisos del edificio con una velocidad impactante. Sin quejarse o incluso jadear, el joven de piernas largas y ágiles, llegó en un par de minutos al departamento 403 del edificio de cartón que sería su nueva dirección a partir de ese instante.

—Gracias—Haciendo un esfuerzo por no desfallecer, Narcissa no tenía una condición física tan buena como su hijo. Recuperando el aliento, sacó las llaves de su bolso y por primera vez luego de meses interminables de juicios, se sintió en paz.

No era realmente lo que ambos esperaban, pero se veía nuevo y limpio, algunos muebles de la mansión ya estaban allí.

Su hogar temporal, porqué ellos esperaban que fuera solo temporal, era muy pequeño. Constaba de dos recámaras, una sala, una cocineta, un desayunador para dos y una amplia ventana negra en el centro de la diminuta estancia. —¿para qué demonios sirve esto? No se ve nada. — Draco comenzó a tocar el extraño objeto oscuro, pero no ocurrió nada, no encontraba la utilidad de una ventana por la cual no se podía ver. —¡Porquería!

—Tal vez lo instaló el Ministerio para vigilarnos. — consideró Narcissa, limitándose a ver a su hijo golpear de un lado al otro en una búsqueda primitiva de descubrir como funcionaba.

En las recamaras, encontraron sus camas, mesas de noche y espejos respectivamente. Era casi nada lo poco que les habían llevado y que alguna forma podían considerar suyo.

Lost City. Mi Nueva Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora