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Capitulo 5. Buen ritmo.

Draco se quedó mirando la hoja en blanco, pensando que podría escribirle a Zabinni o a Nott. No era como si tuviera mucho que contar. Comenzó con un simple "hola".

Nunca les había enviado una carta y no sabía si los consideraba amigos o no, o si ellos aún quisieran saber de él después de lo que pasó.

Recordó haber visto a varios "amigos de la familia" en el ministerio, el día de su juicio, gritándoles a su madre y a él que se merecían estar en Azkaban.

—¿Que mierda estoy haciendo?— rayó la hoja.

Seguramente ni siquiera recibiría una respuesta. Además, nunca había sido una perita en dulce, no solo se burlaba y molestaba a los Gryffindor, también a los de su propia casa. Sin el abrigo de protección de su dinero y apellido de renombre, era probable que lo odiaran.

Mientras hundía la pluma en el tintero por quinta vez, intentando organizar sus ideas, llegó a él un pequeño zumbido que no lo dejaba concentrarse. Buscó alrededor para encontrar de que se trataba.

Sobre la cama se hallaba un extraño objeto plano. Sin hacer ruido se acercó a él, sentándose en la orilla del colchón que a decir verdad se sentía muy cómodo. Del objeto eléctrico, colgaban un par de hilos plásticos de los cuales salía el zumbido.

Instintivamente se llevó uno al oído y escuchó. Varios acordes de guitarra, unos leves golpes de batería y tal vez un teclado acompañado de una voz tranquila y un poco melancólica, inundaron la mente del rubio. Más confiado se metió ambos audífonos a las orejas. No sabía distinguir si era pop o rock o alguna mezcla de ambas, pero le gustaba.

Hacía mucho que no escuchaba música, y menos algo moderno. Cerró los ojos y analizó la letra.

"Estoy cayéndome a pedazos por tu ausencia y lo peor es que no quiero verte nunca..."

—¿¡Que rayos haces!?— gritó Hermione, entrando minutos después.

—¡sshh!— la silenció Malfoy, moviendo su mano para que se fuera,  pero la castaña solo se quedó boquiabierta, mirando como un pie del rubio se movía rítmicamente.

No solo se trataba de un atentado a su privacidad, Hermione se sintió al descubierto, cómo si el chico hubiera descubierto algo muy personal. Sin darle aviso, le arrancó de los oídos los audífonos de un tirón.

—¡Me romperas los tímpanos bruja demente!

—¡Pensé que no sabías usar cosas muggles! —sacudió los audífonos, se sintió engañada.

—¿Me consideras imbécil? Cualquier persona mágica o no, descubriría para que sirven.

—¡No tienes respeto por nada!

—No tienes idea Granger, además ¿cual es el problema? Es buena la canción.

—Mira, tenemos que dejar claro que... Espera, ¿que? ¿Hablas enserio?

—Si, tiene un buen ritmo.

—¿sabes de música, Malfoy?

—¿ahora piensas que estoy sordo?

—pfff...— dejándose caer en la silla del escritorio, Hermione lo miró sin poder entender cómo es que, Malfoy se sentía en confianza estando cerca de ella. El primer día parecía verla con asco y ahora ni siquiera le importaba estar sentado sobre su cama. —Entonces no se te dificultará adaptarte a la tecnología.— suspiró.

Lost City. Mi Nueva Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora