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Capítulo 20. Un comienzo... de nuevo.

Hermione supo entonces lo que debía hacer. Volvió sobre sus pasos y puso ambas varitas en la entrada del departamento 403, tocó y se fué.

Draco lo tomó aún peor. Abriendo la puerta, esperaba que fuera ella, pero solo encontró lo que había estado deseando el día que llegó ahí, su varita.

—Podemos regresar ya.— sonrió su madre ansiosa al tener entre sus manos su amada varita.

—Creí que te gustaba estar aquí.

—Me gusta, pero también añoro mi hogar, cariño.

—Hogar...

A la mañana siguiente, los rubios ya tenían empacadas todas sus cosas y estaba listos para irse.

Las remodelaciones en la mansión aún seguían, pero ya nada ataba al rubio a seguir en ese edificio muggle.

—Buen día. ¿Que tal tu primer noche de trabajo, hurón? — Harry tocó, entrando al 403 y viendo las cajas de mudanza. —¿Que es esto?

—Nos dieron nuestras varitas, podemos volver. —respondió Draco tranquilamente.

—¿Que? ¿Cuándo?

—Justo anoche.— canturreó Narcissa, cargando a un repuesto Pax entre los brazos.

—¿Y Hermione? ¿Lo sabe? —Harry comenzó a enfurecer.

—Si.— dijo llanamente Malfoy.

—¿Y piensas irte así? ¿Sin decirle nada?

—No te metas, Potter. No es tu asunto.

—¿¡Cómo demonios no voy a meterme!?— no pensando claramente, Harry cogió al rubio por el cuello de la camisa y lo acerco a él para dejar claro su punto. —Abogue por ti con los padres de Hermione, ella y yo rompimos el corazón de Ron y mi novia no ha querido hablarme desde entonces. No me digas que no es mi asunto.

Narcissa se puso a la defensiva, deslizando su varita y tentada a lanzar algún hechizo contra el pelinegro para que soltara a su hijo, pero Draco se quedó inmutable.

—Una pena que sacrificaras tanto, Potter, pero no me importa una mierda.

—Eres un...

—Aún así —continuó —te lo explícare. Granger no confía en mí, me lo dijo ayer claramente, no tiene caso decirle nada o despedirme.

—Draco, no hagas esto por favor, te di mi confianza. — Harry se sintió engañado.

—No estoy haciéndote nada, Potter, aún faltan un par de meses para volver a Hogwarts, seguiré yendo a trabajar al café, si ella quiere puede buscarme allí o en la mansión, estoy seguro que recuerdan mi dirección.

Harry lo soltó, Draco planchó las arrugas con las manos y miró brevemente a su madre.

—Solo dile que debe de estar segura de lo que quiere, porque no habrá marcha atrás sea cual sea su decisión. No soy una persona que juegue en esta clase de asuntos.

—Le es difícil verte de nuevo en tu papel de sangre pura, deberías entenderlo. —Harry señaló la ropa formal que vestía el rubio.

—Estar aquí me cambió, creo que eso debería ser suficiente, no voy a volver a mis viejas costumbres, pero como saberlo, ni siquiera me ha dado la oportunidad de mostrarle.

—Esta bien, se equivocó, no actúes como si tú jamás hubieras cometido un error.

—Tienes razón, no soy un santo, por eso voy a hacer lo mismo que ella hizo conmigo. — del bolsillo de su saco, Malfoy sacó un anillo.

Lost City. Mi Nueva Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora