Epílogo

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7 meses más tarde...

Febrero, 2018.

Los días más oscuros habían quedado atrás para dejar paso a meses de calma que siempre quise tener en mi vida. Donde la alegría, la ilusión y los sueños eran parte de mi día a día desde el momento en que abrí los ojos en aquella habitación de hospital.

Intentaba sobrellevar toda mi vida desde un punto de vista positivo. ¿Pero qué positividad sacaba yo de haber perdido a la persona que me dio la vida? ¿La persona que era mi mayor apoyo y quién más amor me dio? Ya no tenía una madre a la que acudir cuando más la necesitara, a la que poder abrazar, con la que salir a dar paseos hasta que la noche nos hiciera volver cansadas y satisfechas de haber compartido todo nuestro tiempo, risas y confidencias... Ya no podía compartir mis miedos, inquietudes, sueños... La necesitaba tanto que dolía. Cada vez que veía pasear a madres con sus hijas... Una pizca de envidia se instalaba en mi interior. Yo también quería eso, necesitaba a mi madre...

Desde su muerte... Nada había vuelto a ser lo mismo. Sentía un vacío muy grande, como si mi corazón solo tuviese una mitad, y sabía que esa sensación seguiría estando el resto de mi vida... Porque ella ya no estaba conmigo. Nunca más volvería a ver su cara y su voz diciéndome "todo va a estar bien". Pero ahora solo me consolaba pensar que no sufría, y que allá donde estuviese, estaba descansando, por fin.

–¡April! – miré detrás de mí, viendo a Justin moviéndose entre el agua hasta posicionarse detrás de mí y pasar sus brazos por mi cintura. Apoyó su cabeza en mi hombro y me sonrió de lado –¿En qué piensas?

Dirigí de nuevo mi mirada hacia el horizonte. Las vistas que desde nuestra posición nos otorgaba Jamaica eran verdaderamente espectaculares...

–Estas vistas son increíbles – susurré apoyando mis brazos sobre el borde de la piscina.

–Creo que las vistas que tengo yo son más espectaculares aún – murmuró en mi oído haciéndome reír cuando sentí su creciente bigote rozando mi piel –Mis favoritas son estas – sus manos se movieron por mi cuerpo hasta llegar al borde de mis pechos.

–¡Justin! – me retorcí bajo su agarre para quedar frente a él, rodeada entre sus brazos –Estamos delante de tu familia. ¿Te has vuelto loco?

–Por tí, sí, ya deberías saberlo – acercó sus labios a los míos y sonrió antes de besarme lentamente. Le abracé dejándome llevar –¿Qué te parece si regresamos a la habitación y disfrutamos un poco más de nosotros? Tanto ver a mi padre besuquear a su mujer me está afectando.

–¡Deja de pensar en eso! – me separé de él dándole un pequeño empujón divertida –¿Nunca cambiarás esos pensamientos sucios?

–¿Cómo quieres que no piense en cosas así con este bañador que llevas puesto? – bajó la mano por mi columna hasta llegar a mi trasero y tirar de la tira pequeña que formaba la parte inferior de mi bañador –Viéndote así, es difícil concentrarme en otra cosa que no seas tú.

–Vale... Vamos a salir de la piscina y tú vas a ir por tu lado y yo por el mío... – subí las escaleras despacio y cogí una de las tantas suaves toallas blancas que descansaban en una silla –Así no te desconcentro – le saqué la lengua divertida y reí al ver su cara desencajada.

–¡April! – miré sobre mi hombro cuando secaba mi cabello viendo a Jazzy –¿Bailamos? ¡Porfa! Tengo que enseñarte todas las cosas que he aprendido desde la última vez que lo hicimos.

–¡Vamos a bailar entonces, cariño! – cogí su mano y le guiñé el ojo a Justin que ya estaba ocupado con una niña que se había acercado a él intentando bajarle el bañador ante las risas de familiares.

Focus ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora