Capítulo 12

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"¿Qué clase de cita es esa?"

Teníamos dos días de descanso por delante antes de nuestro concierto en Sydney. Era Acción de Gracias y pasarlo lejos de mi familia por primera vez era muy raro y triste pero al menos, Jess estaba conmigo. Habíamos decidido salir con parte del team para hacer turismo y mantenernos ocupados con algo y no pensar en nuestra familia. Nos llevó todo el día, comimos, fuimos al zoo, cenamos y dimos paseos mientras nos hacíamos fotos.

Nunca antes me lo había pasado tan bien. El agotamiento que tenia en mi cuerpo, merecía la pena. El grupo que habíamos formado entre nosotros y el buen rollo que teníamos era algo muy especial... Jamás había conectado tan bien con tanta gente y muchas veces me hacían sentir mejor que mis amigos de toda la vida. Triste pero verdad.

Cuando llegué a mi habitación me cambié completamente de ropa. Sabía que Justin había salido a cenar con Fredo y varias personas más por las fotos que ambos, estaban colgando.

Me puse a ver series con Jess después de hablar por skype con mi hermana y mis padres. Después de que Jess se fuera a su habitación, acabé durmiéndome.

Me desperté cuando escuché unos golpes en la puerta. Fruncí mi ceño mirando la hora que era. Las tres. Volví a apoyar la cabeza en la almohada intentando pasar de esos golpes y volviendo a querer recuperar el sueño.

Cuando mi móvil vibró en la mesilla, lo cogí palpando hasta que di con él.

Justin

Abre la puerta. No te hagas la dura...

April

Zzzzzzz

Lo dejé encima de la mesilla de nuevo y volví a cerrar los ojos pero más golpes en la puerta volvieron a despertarme. Solté un gruñido levantándome, cogí un cojín y caminé hasta la puerta decidida. Abrí, y se lo tiré. Abrí mi boca acercándome a Hugo que miraba al suelo.

Las carcajadas de Justin detrás de él me hicieron fruncir el ceño. Después de disculparme con Hugo con una leve sonrisa que aceptó... Cogí el cojín de nuevo y se lo tiré a Justin una vez se alejó de su guardaespaldas.

–¡Eres un idiota! – vi como salía corriendo para que no le diera. Acabé rindiéndome y me metí en la habitación. Antes de cerrar la puerta algo hizo que no pudiera cerrarla del todo.

–Espera – abrí y vi como lanzaba a sus guardaespaldas una mirada. Asintieron y se alejaron desapareciendo de allí –Déjame pasar... Venga.

–Déjame.

–Tienes un mal despertar. ¿Un mal sueño? ¿No has podido soñar conmigo? – alcé mi ceja al ver su cara de burla.

–No me gusta que me despierten a altas horas de la madrugada. Me estoy controlando, ahora mismo te podría arrancar la mano con la que has llamado – una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.

–¿Y perderte lo que te puedo hacer con esta mano? No creo que quisieras – abrí la puerta un poco y entró cerrando detrás de él.

–Quiero quitarte las dos... – le quité la gorra poniéndomela yo antes de girarme y dirigirme a la cama.

–Sabes que no es verdad – vino colocándose el pelo y sacó de su pantalón un pequeño cigarro.

–Deja eso, no quiero ese olor aquí – alzó las cejas mientras sacaba el mechero y lo encendía. Se sentó a mi lado en la cama y se lo llevó a sus labios. Dio una calada, y aguantó el humo en su boca hasta que lo expulsó por su nariz. Ese olor tan fuerte a maria nunca me había gustado.

Focus ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora