Jaque Mate [EDITANDO]

Capítulo 43

-¿Mi amor?-llamó Lucero a Fernando, el volteó a verla.-dame un beso, ¿si?-le pidió haciéndole ojitos, el le respondió dándole un beso en la mejilla.-¿ves como si estás molesto conmigo?

-No estoy molesto contigo, Lu.

-¿Entonces por qué no me besas?

-Ahora no.

-¿En qué estamos si no vas a confiar en mi?-preguntó cruzandose de brazos.

-Confío más en ti que en cualquier persona...

-¿Qué tanto secretean ustedes dos?-preguntó Kobbie.

-¿De verdad quieres saber?-le preguntó Lucero con una sonrisa pícara.

-Nop. Ya me arrepentí de siquiera abrir la boca.

-Fernando...-Lucero volvió la mirada otra vez hacia él.

-Basta-le interrumpió-las cosas te las diré cuando sea el momento. Mientras, confía en mi. No voy a hacer que te disparen otra vez, si es lo que tanto temes.-explotó, aunque sin levantarle la voz, dejando a Lucero anonadada, se había pasado totalmente.

-Eres un idiota.-le dijo parándose de su silla, caminó hacia un grupo de personas, donde se integró de inmediato.

-¿Todo bien, hermano?-le preguntó Eddie en un susurro al ver la reacción de Lucero a lo que fuera que le hubiese dicho, Fernando negó con la cabeza.-Será mejor que arreglen sus cosas, en media hora comienza el show.

-Es una necia, hermano.

-Pero eso ya lo sabías cuando cavabas tu tumba.

-¿Qué teníamos en la cabeza cuando nos metimos con estas dos locas?

-Involucra una cama... aunque no es necesaria-respondió Eddie riendo, con tono de broma, miró a Carla unos segundos, ella sonreía por el tema de conversación que mantenía con Cristina. Eddie la miraba con tal adoración que resultaba evidente el amor que le tenía. Era el mismo que él sentía por Lucero. La amaba a pesar de absolutamente todo. La amaba con todo lo que ella era y aunque si era cierto que le estaba ocultando algo importante, todo era por protegerla a ella, por proteger a su hijo. No podía decirle lo que había sobre su escritorio, era ponerla en estrés sin que lo que estaba sucediendo llegase a ser más que una hipótesis en su cabeza; una que quizá era cierta, pero de la cual no tenía certezas.

En teoría si tenía una razón bastante válida para ocultarle lo que le ocultaba, pero de todos modos sabía que debía disculparse con ella. Había sido muy grosero y le había hablado bastante mal cuando ella solamente le había pedido un beso. Le repitió una y mil veces que no estaba molesto con ella y era la verdad, no estaba molesto con ella, estaba bastante enojado. Y un poco celoso, pero dominaba el enojo. Sin embargo, necesitaba controlarse y dejar atrás ese sentimiento, pues le estaba amargando la fiesta. Había usado ese enojo toda la noche y habían tenido dos experiencias maravillosas. Sabía que Lucero coincidía con él en que era del mejor sexo que habían tenido y en situaciones normales, ya era bastante bueno; además había mostrado sus dotes de actor, pues ella ni se había dado cuenta que tenía ganas de romperse la mano por golpear algo fuertemente... si, era buen actor y también era mal novio. Necesitaba disculparse con urgencia. Volvió hacia el último lugar donde la había visto y se extrañó no verla ahí. ¿A dónde había ido?

-¿Me buscas?-escuchó a sus espaldas.-si te arrepentiste y me quieres dar ese beso, ni te molestes, yo ya no lo quiero.-le dijo molesta mientras se sentaba.

-Vamos afuera, necesitamos hablar.-le dijo tendiendole la mano, ella lo ignoró.

-No hay nada que hablar realmente-dijo Lu cruzándose de brazos.-tu eres muy necio, me ocultas cosas y luego te molestas conmigo. Y me hablas mal. Tengo derecho a estar enojada, ¿no crees?