Capítulo 32

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Estaba inquieta. Estaba tan nerviosa con todo lo que había sucedido en un rango de 1-2 horas, que se encontraba inquieta y se sentía molesto. Se supone que en la sala de espera de un obstetra, te encuentras feliz, emocionado, a menos claro que algo no ande bien con tu embarazo, pero no. Ella sentía que en cualquier momento aparecía un loco y le caía a tiros. Iba a ser madre por fin y le iban a disparar. ¿Qué clase de sal era esa? Fernando la miró y besó su mejilla, ella no sabía si fue porque sabía como estaba o por el hecho de que el se sentía exactamente igual. Tomó su mano y le dio un leve apretón, ella decidió romper el silencio.

-No me siento segura-le dijo en un susurro.

-Vaya, mi novia tiene miedo, esta persona merece un reconocimiento.-dijo bromeando, para relajarla un poco.

-Me inquieta no saber qué esperar, ni de quién debo cuidarme. Me choca no tener el control de las cosas-dijo cruzándose de brazos.

-Mi amor, no debes dejar que esta persona te robe la paz, todo va a estar bien.-dijo tomando su cara entre sus manos-¿okay?

-Lo intento.

-Estás demasiado hermosa, este tal Luiggy también merece un reconocimiento por hacer lo imposible. Ponerte más bella.

-¿Haz estado viendo Twilight o algo así?-dijo burlándose de él entre risas.

-Quiero ser romántico con mi novia y se me ríe en la cara, así no se puede.-dijo fingiendo indignación.

-Perdón, mi amor, prometo que intentaré no reírme más.

-Pero si te sigues riendo.

-Perdón-dijo conteniendo la risa.

-Así está mejor-dijo dándole un beso en los labios, Lucero no pudo contener más su carcajada.-me voy a vengar.

-Mejor hazme cariñito-dijo recostando la cabeza en su hombro, el le dio un besito.

-Mejor iré a ser cursi con la secretaria de tu médico, ya que no ha dejado de mirarme el pantalón desde que llegamos.

-Quiero sacarle los ojos-dijo perdiendo la sonrisa y blanqueando los ojos.

-Solo digo que tal vez ella aprecie más mi cursilería, ya que a ti solo te causa risa...

-Cállate-dijo pegándole en el brazo-tu ya no puedes mirar otras mujeres.

-¿Para qué, si te tengo a ti?-le dijo sonriéndole y mirándole con ojitos de borrego a medio morir.

-Te amo-dijo besando su mejilla, lo miraba a los ojos.

-Está bien, puedes reirte-dijo mirando al techo, Lucero de inmediato comenzó a reir.

-Perdón... es que... voy a trabajar en esto, lo prometo-dijo dejando un besito en sus labios.

-¿Te sientes mejor?-pregunto dejando un pequeño beso en su mano izquierda.

-Si. Creo que voy a dejar todo lo del negocio hasta que nazca el bebé, si es que si estoy.

-Me parece. ¿Qué te hizo cambiar de idea?

-Tengo que cuidarlo. Está creciendo en mi pancita y muchas cosas pueden pasarme. Igual no estaré fuera del juego, solo buscaré suplente.

-¿Cristina?

-Claro que no, confiaría más en ti y no te permitiré nunca interferir con esto.

-Soy tu novio.

-¿Escuchaste? Mi novio-dijo en un tono de voz alto, volteando a ver a la secretaria, quien realmente no le había sacado los ojos de encima a Fernando en todo el tiempo que habían estado allí. La chica desvió la mirada a su libreta y escribió algo. Lucero escuchó a Fernando reír de manera burlona.

Jaque Mate [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora