La hija de Aizawa. (Todoroki y Tu)

Capítulo 44.- Comienza el entrenamiento de Bakugou.

—Bien, Mina, comienza con su entrenamiento —dice Bakugou

—¡Sí! Vamos _______ —Mina me toma del brazo y me arrastra con ella. Salimos de la casa. —Bien, primero vamos a calentar —estamos haciendo ejercicios de calentamiento por diez minutos. —Ahora correremos tres vueltas de aquí a mi casa.

—¿¡Que!? Pero tu casa esta a cuarenta minutos de aquí —empiezo a amarrar mi largo cabello en un coleta.

—Pero corriendo deberán ser como treinta o vente minutos, lista —asiento con la cabeza. —¡Vamos! Empezamos correr.
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—M-Mi-Mina... Ya... Ya no puedo —exclamo cansada y corriendo más lento que ella, Mina se da la vuelta y comienza a correr hacia atrás.

—Vamos aun nos faltan dos vueltas.

—D-dijiste que serían tres —limpio el sudor de mi frente.

—Pero aun nos da tiempo para dos más —se da la vuelta. —Así que vamos _____ —doy un suspiro y corro un poco más rápido.
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Termino las dos vueltas que Mina ha agregado, ya estamos en la casa de Bakugou junto con él y Eijiro, ya no puedo sentir mis piernas, suelto un quejido de dolor.

—Ya no siento mis piernas —Mina se limpia el sudor de la cara con una toalla.

—Pero si es un entrenamiento leve —la observo ofendida.

—¡Leve las nalgas de Bakugou!

—¡Oigan! ¿Qué mierda traen con mis nalgas? —agrega molesto Bakugou.

—Y aun queda tu entrenamiento conmigo, el de Bakugou y estudiar —dice Eijiro con una sonrisa, suelto un leve grito mientras me dejo caer al pasto.

—Mejor me quedo aquí —acaricio el pasto.

—Los quince minutos de descanso terminaron —dice Bakugou viendo su celular

—¿Qué? ¡No! para mí solo han pasado cinco minutos, así que aquí me quedo —me cruzo de brazos aun acostada en el pasto.

—Vamos ______, no será tan difícil —Eijiro me tiende la mano, la cual acepto desganada.

—Bien.

—Tranquila solo haremos cien abdominales, ochenta flexiones, sesenta sentadillas, cincuenta sentadillas con salto y otros ejercicios que te iré diciendo cuanto terminemos esto —sonríe con tranquilidad.

—En donde carajos eso es leve —lo observo molesta.

—Para mi eso es leve —se acerca a mí y me da una leve palmada en la espalda—, tranquila pronto te acostumbras.

—Chicos, ya me voy —nos dice Mina mientras levanta la mano para despedirse.

—Adiós —decimos Eijiro y yo mientras comenzamos con las abdominales.
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Ya hemos terminado los ejercicios que Eijiro ha dicho, el saca su celular para ver la hora.

—Aun nos queda media hora —se queda pensativo. —Que te parece si subimos y bajamos la escaleras esa media hora —me sonríe y yo lo observo horrorizada.

—¡Media hora subiendo y bajando escaleras! —lo observo con los ojos abiertos, Eijiro se queda pensando un momento.

—Tienes razón —me observa—. Entonces serán quince minutos en las escaleras y quince en hacer flexiones parada de manos —suelto un suspiro de resignación.