Cacería de omegas III

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Estaban a principios de octubre, el clima empezando a ser cada día más fresco, aunque Seok Jin sentía que el frío era más a causa del problema que vivían y no por algo natural. Habían pasado algunos días desde que se mudó a la residencia Jeon y apenas veía a JungKook quien se encargaba de vigilar a las tres familias junto a su madre y los Min. La universidad había quedado abandonada por un tiempo, el alfa no podía concentrarse lo suficiente y el estudio era su última preocupación. Él, por otra parte, había vuelto a estudiar en casa con la ayuda de sus suegras quienes habían hablado con la escuela y avisado el problema. Era algo que todos debían saber, no sabían si había algún omega como Seok Jin y tenían que advertirle antes de que ellos los descubrieran.

SoMi lloró, tuvo que dejar los libros a un lado para ir por su pequeña. Era temprano en la mañana así que debería prepararle el biberón.

La sostuvo en sus brazos antes de bajar, él ya había desayunado hacía una hora así que tenía que simplemente encargarse de ella. Vio a Sun Hee en la cocina quien le sonrió antes de encargarse de prepararle el biberón a su nieta. Él intentó entretenerla hasta que el timbre hizo que la omega se fuera y él quedara a cargo de la cocina. No tardó mucho en terminar y asegurarse de que todo estuviera bien antes de darle la comida a su hija.

-Jin, es para ti-informaba Sun Hee, su rostro serio.

Seok Jin enarcó una ceja antes de dirigirse a la sala mientras SoMi tomaba el biberón, tomándolo con sus manitos y mirando a su padre. Le sonrió antes de mirar a quién sea que lo haya ido a ver. Estuvo a poco de mostrar su disgusto al ver a Kim Soo Min y Kim Jung, los padres de JiSoo.

-¿Abuelo? ¿Abuela? ¿Qué hacen aquí?-ya se podía imaginar la felicidad de su mamá al ver a sus suegros.

-Tu madre nos dijo que estabas aquí, nos contó el problema y vinimos preocupados por nuestro nieto.-dijo ella sin poder ocultar el desagrado que le dio ver a su hija.

Sabía que SoMi no era del agrado de sus abuelos (poco le importaba) por el simple hecho de que sentían que había cometido el mismo error de su mami. A veces pensaba en lo falsa que sonaba su preocupación ya que cada vez que podían se referían a él como un error.

-Al menos tu pareja no resultó ser un cualquiera, viene de una muy buena familia, si tenemos en cuenta que los Jeon son unas de las familias más importantes de Corea del Sur.-agregaba su abuelo admirando la casa.

-¿Qué quieren? Estoy ocupado como verán.-no se molestó en ocultar su desagrado ante la visita, si ellos no podían ocultar el suyo al ver a su hermosa hija, entonces él no tenía que fingir tampoco.

-Ofrecerte un lugar con nosotros en Japón. Ahí estarás más seguro que aquí.

-Lo siento que intervenga, señora Kim, pero si me permite opinar...

-No te he pedido opinión-interrumpió ella, una sonrisa desagradable en su viejo rostro.-así que, Seok Jin, ¿Qué dices?

-Que se pueden ir de aquí. No me interesa su ayuda, ya tengo la necesaria.-frunció el ceño, molesto ante el trato dado a Sun Hee, no tenían por qué ser así con ella.

-Creo que no estás pensando en tu hija, ella estaría segura en Japón.-dijo Jung.-tenemos una casa enorme donde podrían vivir.

-No me interesa. Y para tu información, sí pienso en mi hija. Además, SoMi no tiene que ir a un lugar donde la ven como si fuera un error.

-Un bebé inesperado que tiene un omega de dieciséis años no es más que un error.-Soo Min sonrió como si tuviera razón.

Bien, tal vez quedó embarazado por un error, porque obviamente no sabía que podía quedar embarazado con su propio semen, pero nunca pensaría en SoMi como un error. Ella no lo era, era un hermoso angelito.

Cacería de omegas [KOOKJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora