VII

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"Cuando estoy contigo siento que
me faltan vidas para vivir a tu lado."

Parte I:

Los dos días de pausa en el rodaje le habían sentado de maravilla a Pedro. Necesitaba tomarse un respiro entre tanta intensidad y aprovechar cada minuto de tiempo libre junto a Vanessa. Aunque los dos días se pasaron muy despacio, fueron increíblemente productivos. Pedro sentía que últimamente no le había prestado demasiada atención a Vanessa, pero encontró la manera de compensarla por todo lo que ella estaba haciendo y soportando por él. Recorrieron todas las playas de los alrededores y visitaron todos los rincones de la ciudad, pero sobre todo habían compartido muchos momentos de intimidad en su habitación de hotel, donde, siempre que podían, se entregaban el uno al otro.

Había amanecido y el descanso de Pedro había terminado, por lo que hoy le tocaba regresar a la rutina. Se despertó y vio que Vanessa seguía dormida a su lado, boca abajo y abrazada a la almohada. Sonrió al verla y dejó un beso en su cuello. Amaba poder contemplarla todas las mañanas, durmiendo plácidamente, completamente relajada. Acarició su espalda desnuda con la yema de sus dedos, procurando que no se despertara y recordando las últimas 48 horas junto a ella. Definitivamente, ella era lo que tanto tiempo estuvo esperando encontrar. Le dio un beso en la nuca, se levantó y se arregló sin hacer ningún ruido.


Eran las 11 a.m. y Vanessa acababa de despertarse. Al ver el reloj sobre la mesita de noche, supo que Pedro ya se había ido al set de rodaje. Hizo un ligero puchero y se recostó sobre el cabecero de la cama. Dos días no habían sido suficientes. Odiaba despertarse y no ver a Pedro a su lado o cantando en la ducha, pero tampoco se iba a quedar renegando en la cama todo el día. Se desperezó y se dio una buena ducha que le hizo despejarse por completo. Salió al pequeño balcón de la habitación y, como siempre, hacía un día soleado y extremadamente caluroso. Se apoyó en la barandilla con sus dos manos y pensó en qué haría hoy para aprovechar el día hasta que Pedro terminara de rodar. Tal vez una ruta de senderismo era demasiado peligrosa con este calor, por lo que decidió en recorrer las afueras de la ciudad, lejos del ajetreo del centro.


—Mi amor —saludó Pedro a Vanessa cuando la vio entrar en el restaurante del hotel y se acercó para besarla —. ¿Dónde estuviste todo el día?

—Fui a explorar las afueras —respondió rodeándole el cuello.

—Eres demasiado curiosa —dijo Pedro con media sonrisa —. Estaba preocupado. Nunca llegas tan tarde.

—Tranquilo, estoy bien. Aquí me tienes —comentó Vanessa restándole importancia al asunto —. ¿Quién es esa que ojea tú móvil? —preguntó al ver a una mujer junto al asiento de Pedro, sumergida en la pantalla de su teléfono.

—Ven, que te presento —Pedro la tomó de la mano y la llevó junto a la mesa —. Lena, ella es Vanessa, Vanessa ella es Lena —la mujer levantó la cabeza y observó a Vanessa como si la estuviera escaneando con Rayos X.

—¿Y quién es esta chica? —preguntó curiosa.

—Es mi novia. Me está acompañando durante el rodaje —respondió Pedro con una gran sonrisa en la cara y Vanessa fingió estar a gusto en medio de esa situación —¿Me disculpan un segundo? —se excusó Pedro dejando a Lena y a Vanessa solas.

—Así que, la novia de Pedro... No imaginé que tuviera novia —dijo Lena cruzándose de brazos.

—¿Y por qué no? —y Vanessa notó una extraña sensación después de formular esa pregunta, como si lo que iba a escuchar a no fuera a gustarle.

Un secreto a voces Donde viven las historias. Descúbrelo ahora