capitulo 16

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Aquí de nuevo feliz y contenta de traerles un nuevo capítulo de mi nueva locura "Shikemari". Espero les agrade leerlo de la misma forma en que me ha gustado a mi escribirlo.

Lemon matutino para mis pervertidas seguidoras (Sí, ustedes saben bien quienes son, pervertidas!...)

Los brillantes rayos del sol penetraban sigilosos por la ventana. Su habitación aquella mañana tenía algo especial, una luminosidad distinta y hermosa.

Shikamaru despertó de entre su sueño apacible arrastrado por la sensación de tibieza y humedad que recorría su piel desnuda. Sus manos rodaron la tela atrapada entre sus piernas, recorriendo raudas cada una de las partes de su cuerpo.

Y de entre las sábanas mórbidas surgió ella, con movimiento felino, tentándolo. Los rizados cabellos se esparcían por su rostro en una deliciosa maraña que le daba un aire felino. Y luego sintió su calor, ceñirse sutilmente sobre su piel. Ella besó con parsimonia sus labios y luego regresó lentamente en el mismo punto por el cual había surgido. Desde el centro de su cuerpo.

Shikamaru tenía la mente en blanco. Aún no había recobrado el razonamiento arrebatado de lo que pasó aquella noche y ya su piel volvía a arder al borde del colapso más extremo. Se sentía indefenso, sofocado por esa piel de arena, turbado y mirando hacia abajo, descubriendo con asombro el alcance de los actos de aquella mujer de seda.

¡Estaba a su entera merced!

El shinobi no se atrevía a hablar o a moverse, presa de los acontecimientos de aquella mañana tan inusual. Cuando sintió la calidez de su aliento sobre su sexo ya enhiesto, dejó escapar un gemido rasgado que salió desde sus huesos.

No podía moverse, no tenía control sobre si mismo. Quería tocarla, pero su tacto estaba nublado y su brazo fue a parar sobre la maraña de pelo rubio. Los hábiles dedos de la kunoichi jugaban sobre la piel sensible de su pecho, acariciándolo con fervor, mientras su boca le besaba el sexo con malicia.

-Temari...-susurró conciente de la inutilidad de su privilegiado cerebro en ese momento.

Ella sonrió perversa y emergió desde las sábanas, mostrándose desnuda e imponente sobre él. Besó sus labios en un pequeño roce y se elevó con las manos sobre el pecho del shinobi, sometiéndolo con la mirada, demostrándole su superioridad. Estrujando su cuerpo contra el suyo, moviendo las caderas sobre su rígida anatomía.

Shikamaru intentó retirar los brazos femeninos que empezaban a presionar con fuerza su pecho, haciendo uso de las pocas fuerzas que le quedaban.

-Temari...-repitió y volvió a callar cuando ella decidió jugar con su lengua, succionar su mandíbula, lamer su cuello y morder su clavícula. Shikamaru no pudo abrir los ojos, arrastrado por ese placer demencial.

Volvió a elevarse y a regodearse desde su posición superior. Las sábanas rodaron espalda abajo lentamente mientras se divertía subyugándole por ambas muñecas con sus manos. Temari arqueó deliberadamente el pecho para dejarle una vista amplia de sus pechos perfectos, provocándolo aún a sabiendas que tenía total control sobre él.

-¡Temari! –le gritó desesperado.

-¿Qué? –contestó ella inclinando la cabeza hacia delante con un rápido movimiento haciendo que su pelo cubriera parte de su cara.

-Tranquila... -contestó con la voz cargada de machismo.

Provocado por su insolencia, la tomó por los hombros y la hizo bajar de su trono hasta su pecho, recorriendo su espalda mojada con manos raudas e intrépidas erizándole la piel.

ShikaTema:La Hija Que Nunca Tuvimos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora