-Shikamaru... -gritó la kunoichi para que se detuviera y así lo hizo- No quiero que me odies, por favor, pero es que yo...
-Temari, no te preocupes por nada –la interrumpió Shikamaru con la voz profunda- yo se perder.
*.*.*.*.*.
Cuando Shikamaru se dio la vuelta, Temari tuvo que contenerse para no impedírselo. Sabía que sólo podría empeorar aún más las cosas. Era mejor dejar que pensara que los sentimientos que creía haber detectado en aquella pasión arrebatadora que compartieron al hacer el amor, no eran reales. Que sólo se había debido a una necesidad física y no al amor que tan verdaderamente sentía por él, pero sobre el que no le era posible hacer nada.
Subió hasta el balcón arrojándose en el mueble de su hija, sintiendo que el cuerpo entero le dolía por culpa de alejarse de su pequeña en esos días sumado a un deseo que jamás sería capaz de aplacar. Le gustaría tanto poder cambiar el pasado, volver cinco años atrás, no dejarse llevar por la impresión del momento y pensar en ella y en el pequeño ser que gestaba en sus entrañas.
La humillación, en algunos casos, es mejor que perderlo todo.
Escuchó a Sadamu en la cocina, probablemente preparándole alguna infusión que mejorara su estado.
Por mucho que no le gustara ver cómo él sufría por sus actos, sería mucho peor no poder ofrecerle la sinceridad que se merecía, una sinceridad que tenía que ser el cimiento del posible futuro que pudiera compartir con él.
Su destino estaba marcado y ya no podía cambiarlo, por lo que tendría que conformarse con las decisiones que había tomado.
*.*.*.*.*.
Shikamaru se despertó en la mañana del tercer día de viaje con la idea de llegar a Konoha en la cabeza. Esta vez no llegaría solo, sino con una niña en brazos. Su hija.
A pesar de estar casi siempre a solas en la soledad de dos casas de campaña y la habitación de un hostal de paso, no había podido tranquilizarse. Se encontró paseando, desde la ventana a la cama, a oscuras para no despertar a la niña.
Sus sueños rodaron de lo real a lo absurdo, inventando formas de pasar desapercibido y evitar el bombardeo de preguntas indiscretas que le harían. Sin embargo, lo que más le preocupaba, era la reacción de sus padres. Primero por saberle padre desde hace cuatro años y medio y segundo, que su hija no viviría en Konoha con ellos, sino en Suna con su madre y su marido.
Por otro lado, estaba el asunto "Temari." Dos días había pasado pensando en la reacción de esa problemática mujer. Por la forma en que hicieron el amor, juraría que el sentimiento que se procesaban era mutuo y rozaba el delirio y adoración. ¿Qué pasó entonces?
Lo había rechazado por otro, era evidente. Se había burlado de él en sus narices, jugando con sus sentimientos. eso también era obvio.
Pero, ¿Por qué ese dejo de amargura en su voz cuando le pidió que no la odiase? Temari si que era una mujer problemática y sus acciones lo estaban volviendo loco.
Todas esas cuestiones habían hecho que Shikamaru no dejara de dar vueltas en la cama. Cuando por fin consiguió dormir, había llegado a la conclusión de que nada de eso importaba ya. Temari se casaba en apenas unos días y eso para él sería sagrado. Ese sería el final de todo y no quería, porque al final sabía que ella lo amaba. Si no, el exilio que se había impuesto durante cinco años habría servido de poco.
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ShikaTema:La Hija Que Nunca Tuvimos.
FanficEsta historia no es mia pero creo que es fantastica por eso la publico REPITO NO ES MI trata de la desconocida hija de shikamaru