¡¿Cómo terminé aquí?! (Fanfict Corazón de Melón)

Capítulo 1

Luego de reflexionar bastante, me di cuenta que no había vuelta atrás, ya estaba decidido, el papeleo estaba hecho y mi padre había sido complacido, nada más podía hacer,  paso tras paso me acercaba lentamente a la puerta, recorrí muchas veces el lugar con la mirada hasta que finalmente tomé la perilla. Luego de un gran suspiro, ingresé al edificio, el cual era bastante grande. Los dormitorios estaban separados del instituto, aunque, para ser más precisa, estaban en la ciudad más cercana al pueblo a unos dos kilómetros de distancia. Podía ir caminando tranquilamente y, si llovía, pasaba un colectivo por la puerta de los dormitorios.

No había nadie o, al menos, no había visto a nadie. Había un cartel que decía los nombres de los estudiantes y sus respectivas habitaciones. Estas eran compartidas… ¡¿Compartidas?! ¡¿Acaso tendría que compartir mi habitación con un chico?! Busqué mi nombre. Habitación 113… compañero… nadie… Qué suerte la mía, no tenía un compañero, al menos por el momento.

-¿Tu eres Hikaru?- me volteé al sentir que alguien me llamaba. Había una persona parada. Para ser más precisa, un chico rubio, con hermosos ojos color miel, muy guapo.

-Si soy yo- dije de una manera delicada y femenina. El se rió.

-No pensaba que tenías voz de niña-

-¿Tienes algún problema?- intenté hacerme la ruda y cambié un poco el tono de mi voz.

-Eh… solo bromeaba…-

-Yo también…- dije para disimular.

-Como sea, soy Nathaniel, soy el delegado principal en el instituto y el jefe de dormitorio del segundo año-

-¿Jefe de dormitorio?-

-Soy el encargado de hacer que se cumplan las reglas… o lo intento-

-Parece complicado…-

-Lo es- se quedó en silencio unos momentos –en fin, te mostraré tu habitación. Por ahora no tienes un compañero y tal vez no lo tengas- mientras me guiaba a mi pieza, me mostró gran parte del edificio. –Esta es tu habitación. Acomódate tranquilo. Se cena de ocho a nueve. Y el desayuno es de cinco a siete, también se almuerza aquí y es de doce a una. Cuando termines, puedes hacer lo que desees, siempre respetando las reglas-

Le agradecí y luego ingresé a mi habitación. Era bastante espaciosa para una persona. Tenía dos camas, las cuales estaban en los rincones y dos escritorios. Un par de sillas y un gran espacio en el centro de la habitación. Por suerte había un baño, con ducha y no había que usar los baños comunes.

Terminé de acomodarme y escondí todas las cosas femeninas, como cremas y algo de maquillaje, al igual otras cosas, aquellas que necesitaba si o si. Como tenía hambre, fui al comedor, para ver si había algo para comer. La señora de la cafetería era muy amable y terminé conversando un buen rato con ella. Me invitó a pasar a la cocina, en donde pasamos mucho más tiempo hablando y comiendo. Siempre resulta efectivo hacerse amigo del personal de cocina, puede tener grandes beneficios, como comida gratis. Había estado como dos horas allí, así que decidí seguir recorriendo un poco todo.

-Gracias por la conversación, niño bonito, es un jovencito muy amable-

-Volveré a visitarla señora, me he divertido bastante con usted-. Luego salí de la cocina. Aún seguía en la cafetería, había decidido ir al parque a relajarme un poco. De repente, sentí que alguien me había golpeado y terminé pegada a una mesa, con un chico, como acorralándome. Su cara estaba prácticamente al lado de la mía, casi besándome. Era bastante apuesto, tenía el cabello color marrón y unos hermosos ojos verdes. Se veía que era un chico realmente fuerte.

-L-lo siento…- me dijo algo sonrojado -¿Te encuentras bien? No te vi…-

-Descuida, estoy bien- se separó de mí.