¡¿Cómo terminé aquí?! (Fanfict Corazón de Melón)

Capítulo 16

Dejamos a mi padre y a mi amigo hablando solos y los demás nos fuimos a cenar. Alexy se sumó con nosotros antes de empezar la cena, pero había algo que realmente me incomodaba en toda la situación.

-Entiendo que estemos todos juntos cenando porque estamos conviviendo y bla bla… pero… ¡¿Por qué mi padre está aquí?!- mi mirada solo demostraba frustración y algo de molestia. Nadie me respondía cosa que me enfurecía más y más, hasta que me paré de repente. –Cómo sea, me voy a comer a la habitación- caminaba y sentía que alguien me estaba siguiendo. Creyendo que era uno de mis amigos me volteé tranquila. Efectivamente mis amigos me seguían, o más bien, seguían a mi padre quien me estaba siguiendo a mí. Lo miré esperando una explicación, pero no la obtuve así que me encerré en el cuarto. Me quedé dormida sobre un sofá y desperté a la mañana siguiente. Me sentía renovada. Mis compañeros no estaban cerca de mí, habían aprendido la lección de la otra vez. Sentía que era una mañana perfecta, pero creo que lo perfecto no dura mucho tiempo, y esa vez no fue la excepción. La vena de mi frente estaba a punto de estallar, pero en lugar de eso, estallé yo y pegué semejante grito que los profesores vinieron a nuestra habitación para ver lo que pasaba. Mis compañeros se acercaron a donde me encontraba, estaban preocupados.

-¿Qué pasa Hikaru?-

-¡¿Qué hace el anormal de mi padre aquí?!- gritaba cada vez más fuerte y todos me miraban como si yo estuviera loca, pero la verdad es que es irritante no poder estar tranquila y sola. Creo que ahora me comprenden un poco más, el hecho no es que no quería a mi padre o no quería pasar tiempo con él, la verdad es que era muy pegajoso, más que Alexy, me seguía a todos lados y apenas me dejaba ser. Además siempre me avergonzaba, decía cosas vergonzosas sobre mí y bueno, como les comenté, mostraba fotos mías de cuando era más pequeña.

-Es que te extraño Hikaru- se tiró y tomó mis pies. Rompió en llanto –La casa está muy sola sin ti-

-Te recuerdo que fuiste tú quien me envió a esa escuela por tus caprichos. Ahora no comiences más pucheros para que vuelva porque te sientes solo…- abrió la boca para hablar pero sabía que era lo que quería decir –y no, no puedes venir a visitarme al instituto…- puso una cara de enojo, pero de repente la cambió, se le había ocurrido una idea, pero yo ya sabía que era lo que me iba a decir –y no, tampoco puedes ir a visitar a Mei, si quieres verla, espera a las vacaciones- mi padre comenzó a hacer pucheros. Definitivamente estaba harta. Tomé algo de dinero y me fui del hotel. Bajé las escaleras a toda prisa, daba fuertes pisadas. Salí corriendo. Escuché a los profesores, a mi padre y a mis amigos gritando mi nombre, pero yo fui más veloz, no pudieron alcanzarme. Me dirigí a un parque, no sabía qué hacer, estaba furiosa, molesta, muchos sentimientos negativos, sentía deseos de romper algo, lo único que encontré fue un cuaderno que destruí completamente. Realmente estaba furiosa, necesitaba relajarme así que fui a dar una vuelta por la ciudad.

Camine durante una hora, pero no podía relajarme, así que fui a buscar a las tres personas que sabía que podían calmarme y me harían sentir bien, mis tres queridas amigas. Fui al instituto al que asistía y miré el reloj. Ya no faltaba mucho tiempo para que salieran, así que me quedé sobre una pared esperándolas. Tenía una gorra, así podía cubrir mi cara, no tenía deseos de encontrarme con nadie indeseado. Salió mi amigo Oda, quería ir a saludarlo, pero quería pasar tiempo con las chicas, ya no solo para calmarme sino también porque realmente las extrañaba. Ellas tardaban bastante, una chica que yo conocía y, por cierto, detestaba se apareció. Ella era lo que se dice una niña malcriada y mimada y se creía la reina del instituto, despreciaba su actitud. Intenté que no me viera, pero no pudo ser, aunque ocurrió algo que no me esperaba. Ella se me acercó.

-Disculpa… ¿Esperas a alguien?- tal vez había cambiado su actitud, aunque estaba claro que no me había reconocido, así que le seguí el juego.