Capítulo 8

4.1K 355 11
                                    

Estaba contenta porque iban a dar nuevas noticias, pero pensé que iba a desilusionarme. Ya había pasado una vez y podía pasar dos. Miraba al señor Fárres, esperando a que dijera algo para decepcionarme.

-Tendremos un viaje todos juntos el cual será dentro de un mes- todos comenzaron a festejar, aunque yo también lo hice. Me había gustado mucho la idea. No nos dijeron el destino, pero no me importaba. Tampoco me importaba qué íbamos a hacer, estaba muy emocionada por el viaje, me encantaban, a pesar de que faltaba un mes para este. Luego del anuncio, volví a apoyar mi cabeza en el banco, pero esa vez me quedé dormida. Me desperté con la campana que indicaba que la clase había finalizado y teníamos el receso.

-No voy a dormir en clase- me dijo Armin imitando mi voz.

-¿Cuándo viene tu prima?- me preguntó Castiel algo desesperado.

-No te interesa- tenía que averiguar eso –tengo que hablar con Mei- me fui a la enfermería. Le pregunté qué día pensaba venir Karuta a filmar y me dijo que ese mismo fin de semana. Tenía que mentirle a los chicos, porque no podía estar junto con mi “prima”, no podía dividirme en dos. Volví al curso y les dije a los chicos que iba a irme por el fin de semana. Me quedaba esa noche con Mei para evitar problemas. Les dije que ese fin de semana venía Hikari y agregué que me sentía triste porque no podía ver a mi querida y dulce prima, a lo que Armin se rió y todos lo miraron sin entender. Alexy me abrazó.

-¡Voy a extrañarte!- le devolví el abrazo y le dije que yo también, solamente para dejarlo contento. Ren nos separó y me abrazó también, hasta ocurrió lo mismo, hasta que Alexy me separó y así sucesivamente, hasta que me cansé y me alejé de los dos. Se había vuelto algo molesto.

Las clases finalizaron rápidamente y me dirigí al club de baloncesto. Teníamos práctica. Realmente me gustaba el club, a pesar de que Castiel era muy exigente y nos hacía correr bastante. Estábamos jugando un partido, mi equipo ganaba fácilmente, no teníamos problemas. Yo recuperé una pelota y encesté, colgándome del aro. El partido finalizó, escuché gritos femeninos que venían de la puerta del gimnasio. Era Yui, la chica que había conocido el día del examen físico y había otra chica más, muy mona y adorable, detrás de ella. Se la veía algo tímida, pero sociable, me daba una sensación extraña, linda, pero extraña. Me acerqué a ellas y las saludé.

-Hola Yui, y…-

-Claire-

-…Claire, un gusto-

-Un gusto- dijo ocultándose detrás de la otra.

-¿Qué las trae por aquí?- pregunté intrigada. Me dio un paquete con dulces, los que me fascinaban. Les agradecí y les pregunté por qué me traían eso.

-Por la ayuda del otro día. Te dije que iba a agradecerte-

-No tenías que…-

-No te preocupes…- se quedó mirándome unos momentos, como embobada –No sabía que jugabas al baloncesto, eres muy bueno-

-Gracias- le dije con una gran sonrisa en mi rostro. La pequeña Claire se adelantó y me sonrió. Le devolví la sonrisa.

-¡No se permiten niñas aquí!- gritó el pelirrojo, quien estaba saliendo de los vestuarios. Lo miré con desprecio.

-Lo siento chicas, me hubiera encantado seguir con nuestra conversación, pero el pelirrojo amargado no lo permite- las chicas se sonrojaron.

-De…descuida- comenzó a decir Claire –nosotras vinimos sin autorización. Disculpa las molestias- se fue corriendo, llevándose por el brazo a Yui. Castiel ya no estaba, solamente escuché una carcajada. Me volteé.

-¿Qué te dije?-

-¡Cállate Armin!-

-Se agrega una chica más a tu lista- no le respondí. Se generó un silencio entre nosotros, el cual él rompió –los vestuarios están libres, puedes ducharte tranquilamente. No te hagas problema, yo te hago guardia-

-Gracias, luego necesito que me acompañes a un lugar- asintió. Me duché rápidamente para no dejar esperando al morocho. Salí luego de un tiempo.

-Disculpa la demora- tomó mi bolso, sacó una toalla y secó mi cabello.

-Tonta, si sales así te resfriarás- sonreí y le agradecí. Luego me reí y me preguntó por qué lo hacía. –Es que, pareces una madre- al pronunciar esas palabras, una cara triste invadió mi rostro. No pude evitarlo, siempre me pasaba lo mismo.

-¿Qué ocurre?- me dijo mientras revolvía mi cabello. Le conté que mi madre había fallecido. Era algo que no le había dicho antes. Puso una sonrisa triste en su rostro y luego me abrazó tiernamente. Nos quedamos un rato así, hasta que se separó de mí. -¿A dónde querías ir?-

-¡De compras!-

-¡No! ¡Otra persona que quiere arrastrarme de compras! ¡Ve con Alexy!-

-Por favor- le puse cara de perrito mojado –no puedo ir con él, tengo que comprar ropa para mi, o mejor dicho, para Hikari…- suspiró.

-Está bien, no tengo mucha opción- compramos una peluca, lentillas y algo de ropa, pero dejamos todo en los locales para no llevarlo a la residencia y que los demás lo encontraran. Eso hubiera sido bastante problemático. Por suerte no llevaba el uniforme del instituto y nadie sospechó nada.

Volvimos bastante tarde a los dormitorios. Alexy y Ren se acercaron a mí y me abrazaron. Kentin y Nathaniel intentaban alejarlos de mí, Lysandro miraba, Castiel y Armin se reían. Era una situación desesperante. Finalmente los chicos alejaron a los otros de mí.

-Intenten no ser tan cariñosos, por favor-

-¡Es que quiere alejarte de mí! ¿Te quedarás conmigo, no Hikaru?-

-¡Deja de decir idioteces!- lo golpeó Kentin.

-Es el único al que quiero. Tu eres un amargado y Ren es mi rival- yo suspiré –además, no voy a verlo en todo el fin de semana-

-No es mi culpa- me quedé en silencio –voy a hablarle de ustedes a mi prima, así los conoce y sabe que puede hablar con ustedes- puse una sonrisa en mi rostro –y le diré que se aleje de Castiel- el pelirrojo gruñó.

Esa semana se pasó rápidamente. El fin de semana finalmente llegó, “yo me fui de la ciudad”. Tomé mi ropa, me puse la peluca, me maquillé. Miré mi conjunto completo. No era posible que alguien se diese cuenta de que era yo. Realmente estaba irreconocible. Cabello rubio y ojos celestes, definitivamente no me parecía en nada.

Era temprano, no había clases, así que el instituto estaba vacío. Mei-chan y Karuta tendrían que estar ya allí. Ingresé y vi algo que realmente me sorprendió. No tendría que haber nadie, tendría que estar todo completamente vacío, pero no fue así, estaba lleno de personas, más bien, de chicos. ¿Qué estaban haciendo todos allí?

¡¿Cómo terminé aquí?! (Fanfict Corazón de Melón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora