Eleanor
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--Princesa hay un hermoso día, podríamos...—
--No quiero— me cubrí el rostro con las mantas, Rosie no es culpable de mi depresión y a veces lo olvido.
-- Solo necesito unos días, todo volverá a estar bien—mentí, sabía que jamás estaría bien, sentía que había perdido de nuevo a Jasper, el día estuvo silencioso, agradezco mucho que me puedan dar mi espacio, cuando de verdad lo necesito.
-- Princesa, tienes visitas—dice Rosie, estaba nerviosa.-- No quiero ver a nadie, no tengo ganas y no estoy presentable-- susurré, volviendo a cubrir mis rostro.
-- Es solo un momento —su voz, estaba parado en la entrada, salté de la cama y caminé hasta quedar frente a frente sin importar como me veía, Jasper miraba sus manos, nervioso o incomodo no lo sé.
-- Tranquilo, sé que es difícil para ti, pero por favor no quiero que te hagas daño-- intenté acariciar su rostro pero no pude, mi mano quedó congelada, el no dijo nada.
-- ¿Cómo llegaste aquí?— estaba sorprendida, necesitaba saber porque estaba aquí, sólo no quería lucir desesperada.
-- Tu guardaespaldas dejó tu dirección –-- miré a Rosie, ella había desaparecido, nos quedamos mirando un instante, sentí que fueron meses de solo miradas.
-- Necesito que me dejes tranquilo—rompió el silencio entre nosotros.
-- ¿Que?—por un momento creí que había escuchado mal.
-- No sé quien eres, de verdad no me interesa recordar cosas de mi pasado porque...---ya no podía escuchar, mi corazón se estaba rompiendo poco a poco.
-- Jaspah—quería decir más pero fue lo único que salió de mis labios.
-- Todo era mas fácil cuando no existías-- ni siquiera era capaz de mirarme, mis ojos estaban llenos de lagrimas, no quería que me viera llorar otra vez.
-- Jaspah-- me faltaba el aire.-- No quiero que vuelvas a mi casa por favor-- suplicó, ésta vez me miró a los ojos y me quebré, el quería esto, el deseaba esto.
-- Ok-- susurré, mis lágrimas ya no aguantaron, comenzaron a caer.
--Ok-- respondió, me miró por ultima vez y desapareció.
Todo me daba vueltas, cada vez era más difícil respirar, mi cuerpo estaba temblando, sentí unos pazos apresurados, cada vez el piso estaba mas cerca de mi y ahí me quedé...
Desde que supe que había muerto, nunca lloré tanto como lo hice en estos días, Rosie intentó recoger mis pedazos durante los primeros 10 días, era imposible, si alguna vez estuve quebrada por dentro, esto lo supera, porque siento que ya no existo.
-- Rosie—susurré ella me miró sorprendida porque llevaba días sin hablar.
-- Esto nunca sucedió—ella entendía perfectamente a que me refería, no quería que nadie se enterara, ya era suficiente cargar con este dolor para volver a sentirme así.
-- Es tiempo de volver a casa—dice, por primera vez acepté, ya no tenía nada más que hacer en Irlanda.
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