Capítulo siete: Verde. + Especial de vacaciones.

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Él.

El despertador sonó a las 7:45 AM en la casa de los Nijimura, todos con el leve dolor de cabeza de tanto bailar y beber la noche anterior, Josuke estaba encima del mueble al lado de una chica que se había vomitado sobre el vestido, se despertó y humildemente la cargó hasta el baño y deposito su delgado cuerpo en la bañera.

Esperaba que no hubiera hecho otra cosa más que acompañarle al baño.

— Okuyasu... hey... viejo despierta... son... 7:45...

7:45...

— ¡MIERDA! CHICOS, TODOS, ARRIBA.

— ¿Qué demonios Josuke...? — Okuyasu sentía la cabeza darle vueltas.

Josuke corría por toda la sala buscando su chaqueta y al instante acomodándose los zapatos:

— MEDIA ESCUELA NO IRÁ POR NUESTRA CULPA.

— Es culpa de la juventud Josuke, madura o cúlpate toda tu vida por algo que vas a festejar cuando seas viejo, arrugado, y gordo como un... — el azabache le interrumpió con un portazo.

— ¡NOS VEMOS EN LA ESCUELA!

Nijimura Okuyasu fue lo último que escucho después de caer en un profundo y largo sueño de resaca.

Yo.

Despertó con los rayos del sol torturándole los poros, sus mejillas ardían, el sol de Morioh iba a ser abrazador esta tarde y la siguiente según el pronóstico de la radio. La abuela no tenía más remedio que cocinar esa mañana, el desayuno americano que había aprendido en una clase de gastronomía en la televisión por el canal TOKYO TV estaba listo para servirse en un buen plato.

Los buenos días en la radio de Morioh comenzaron a partir de las 7:00 AM. Con una clásica bienvenida el locutor dejó a la audiencia con la canción Fly me to the moon de Frank Sinatra, interpretada por Toshiyuki Ōmori

— ¡Rohan! El desayuno está listo, ven a comer rápido que se enfriará.

— ¡Voy!

Al parecer no se dio cuenta... pensó.

— Buenos días. — saludó para después sentarse en el banco y comenzar su desayuno sobre la barra.

— Buenos días Rohan. — parecía molesta, pero en realidad ni siquiera lo estaba un poco, a veces a la abuela de Rohan le gustaba cocinar.

Se despidió de su segunda madre a las 7:30 A.M. Se le hacía un poco tarde para la escuela.

Él.

Las clases de primera hora eran aburridas, constaba de escuchar y tomar nota de la información que dictaba y proyectaba el profesor en el pizarrón. Sostenía su mejilla con su mano izquierda mientras que con la derecha escribía garabatos en la libreta con hojas rugosas.

— Morioh incluso ya estaba habitado en sus antiguos días por los míticos samuráis. El pueblo rural funciona principalmente por sus cosechas de arroz y vegetales, en su mayoría nuestra economía está basada en agricultura.

"Agricultura" anotó Josuke en el cuadro sinóptico. Escribió Morioh en letras grandes y vistosas, cambió de tinta por un color distinto al negro, un poco más vistoso, verde.

— Higashikata.

Alguien mencionó su nombre pero no parecía importarle.

Una silueta conocida pasó por la ventana, verde; podía entender cosas muy complejas, incluso lo que estaba diciendo el maestro, fórmulas matemáticas y varias teorías físicas, todo era tan fácil al lado del color verde, pero algo que no entendía era la magia de su arte, el poema entre sus dedos, largos y delgados, el olor de su piel, la tenuidad de sus clavículas, la forma de su cuerpo, de su figura.

Él. | Rohan & Josuke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora