- Entonces, ¿Recuerdas cuanto es siete por cinco? – Brigitte se encontraba sentada junto a la castaña. Ella por su parte la observaba ansiosamente con su café mirada y asentía una y otra vez, volviendo su atención a la hoja con múltiples y sencillos ejercicios.
- ¡Si, si! Es... Humm. – Posicionando sus manos frente a si misma comenzó a contar uno por uno, contando silenciosamente sin prestarle atención al exterior por aquellos instantes. - ¡Oh, treinta y cinco!
- ¡Bien, muy bien Lily! – Ella sonreía triunfante por haber completado la mayoría de las tablas, hasta aquel instante la del siete le había traído unos molestos dolores de cabeza. Pero tras un par de arduos minutos comprendió bobamente que entre todas, la del uno era mucho más sencilla que caminar.
Así transcurrían las clases para Lily y tanto para el resto de los niños que asistían allí.
Tras haber olvidado por completo su curiosidad hacia al nuevo misterioso muchacho se había decidido a seguir en los columpios con la pequeña Diana y su extraña amiguita que jamás dejó de hostigarle para llamar su atención, sin siquiera poder comprender que ella solía olvidar lo que hacía, después de todo solo se trataban de pequeñas niñas con hiperactividad y déficit de atención.
- Eso es todo por hoy con matemáticas, Lily, devuelta del receso podremos hablar de lo que te gusta. – Tranquilamente la pelirroja se puso de pie, siendo acompañada por Lily a su lado, la misma que alzó curiosamente su mirada en busca de aquel molesto objeto que provocaba ese extraño timbre. – Ya puedes salir a jugar, Lily. ¡Devuelta sabremos de las aves que tanto te encantan!
Y con ellos obtuvo más que la atención de la chica de grandes ojos marrones. Su mirada iluminada observaba el pecoso rostro de Brigitte, brincando en su propio lugar por la euforia y ni siquiera podía evitarlo. Era un gusto que poseía mucho antes del accidente y que sin embargo, ella seguía amando.
- ¿Y mariposas, verdad?
- Si, mi niña. ¡Muchas mariposas! Ahora ve a jugar – Y con ellos fue suficiente para que Lily siguiera a la calmada y pequeña multitud de niños que se dirigían con sus maestras hasta el patio.
Y nuevamente ocurrió, aquel molesto sentimiento de desconfianza y extrañeza le embargó sin saber quién o qué se lo provocaba. Ya habían pasado los diez minutos luego de que salió del salón, volviendo a comenzar mientras caminaba por el pasillo, pero el sentimiento no se iba.
Rápidamente buscó con su mirada a quien sea que le hiciera sentir de tal modo, pero una vez que observó tras su hombro notó a un muchacho casi de su edad, con la cabeza gacha y caminando en su misma dirección junto con la que parecía ser otra maestra. ¿Sería él?
Estaba absolutamente decidida a hablarle, e incluso en un impulso se había acercado hasta él deteniéndose frente al cuerpo delgado y centímetros más alto que ella logrando detener el paso del muchacho que por poco daba de lleno con el cuerpo de Lily. Ambos encontrándose a tan solo unos pocos pasos de la salida al patio trasero donde se llevaban a cabo los recesos.
Lentamente el dueño de rizados cabellos alzó su mirada confundido y asustado, ¿Ya era su primer día y le molestarían? Oh... Él no quería eso. No quería que allí los niños fueran malos con él como en su otra escuela.
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Every Minute | Harry Styles.
Fanfiction"Solo necesitaba diez minutos para volver a comenzar". Yo solo hago la adaptación de ésta novela, no es mía originalmente, es de la maravillosa y fabulosa @CarolineSw. La novela de Caroline originalmente es homosexual (Zarry Stalik) así que si quie...