Every Minute | Harry Styles.

11.

El reloj marcaba las 8 p.m del día. Anne no había ido a casa aún, debió ser Des quien se encargó de la cena y cuidar a sus dos hijas mientras la señora Styles ayudó a Trisha luego del repentino desmayo de Lily en la sala.

Habían sido intensos minutos calmando la crisis que no alcanzó a desarrollarse en Harry cuando escuchó el grito de lamento de Trisha proveniente de la sala. Había sido probablemente una de las peores en la historia de Harry a pesar que no llegó a mayores, pero Anne oyó claramente la voz que creyó haber olvidado de su hijo repitiéndose en susurros que todo había sido su culpa.

Un nudo repleto de tristeza se acumuló en su garganta evitando que saliera cualquier palabra, su niño había hablado después de tanto tiempo y solo para culparse de algo que él no hizo. Había sido Zayn quien la ayudó a llevar a Harry al cuarto de sí mismo donde Anne le cantó como solía hacerlo en Holmes Chapel para calmarlo por las noches. El pequeño no había demorado en dormirse en los brazos de su madre.

Sin embargo, por mucho que quiso acomodarse junto a él y rodearlo con sus brazos, optó por dar las respectivas disculpas que creía debía dar. Caminando en dirección a la habitación con la puerta abierta del pasillo y la luz saliendo en dirección al pasillo vio –cuando ya se encontró bajo el marco- a Trisha acariciando el rostro de Lily dormida, pero gracias a Dios respiraba normalmente.

Zayn observaba desde un rincón con sus facciones serias, pero sus ojos eran lo bastante expresivos para mostrar el dolor y la preocupación hacia su hermana.

Anne golpeó suavemente la madera, llamando la atención de la mujer y el chico.

- Lamento mucho lo que sucedió, perdón. – Habló con la voz temblorosa, en su cabeza aún se reproducía la voz de Harry culpándose por algo que sabía no era culpa de su hijo. – Yo no esperaba este resultado de lo que queríamos con nuestros hijos – Observó fijamente a Trisha – La idea era que se ayudaran, pero creo que empeoró.

La verdosa mirada de la mujer bajó hacia el suelo, no sabía como dar la cara a Trisha después de lo que había sucedido. Ni siquiera sabía si había sido por Harry, pero no podía evitarlo. Un par de silenciosas lágrimas lastimeras recorrieran sus mejillas, pero se sorprendió cuando oyó una risita de tono divertido.

- ¿De qué hablas, Anne? – Nuevamente rió, siendo la nombrada quien alzaba la mirada incrédula. Quien rápidamente secó sus lágrimas. - ¡Debería agradecerte!

- ¿Perdón? - ¿Qué clase de mujer estaría feliz de que su hija sufriera una crisis? Se preguntó la castaña.

- ¡Si! – Trisha ni siquiera era capaz de calmar su risa al ver a quien tomó el té con ella aquella tarde. – Las jaquecas de Lily se producen cada vez que recuerda algo. No creí que se desmayaría, seguramente Harry la hizo recordar algo importante y bueno, ya sabes el resultado.

Anne tenía sus labios entre abiertos por la sorpresa, pero ¡Qué sorpresa! Ahora era ella quien reía por la situación, eliminando cada mala vibra de su cuerpo por el estado de la menor que aún dormía junto a su madre.

- Debería agradecerle a Harry por esto. Bueno, no es que me guste ver a mi hija así, pero desde que tu hijo apareció en la vida de mi bebé ella no ha dejado de recordar, Anne. – Fue un duro golpe con una gran mezcla de emociones. Felicidad por lo que su hijo lograba en la castaña, pero una profunda tristeza al recordar el dolor de su pequeño por lo sucedido minutos atrás.