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La distancia por parte de Harry era notoria. A pesar de ser un chico absolutamente solitario no era difícil comprender cuando él no parecía estar de humor, o al menor así lograba comprender Louis. Exactamente, luego de su primera terapia del día su comportamiento fue el mismo, sin embargo, cuando se le dieron las típicas palabras para ir a receso él se negó. Más bien, ni siquiera respondió con algún movimiento o mirada, solo se quedó allí, mirando hacia el suelo con sus manos sobre sus muslos.


Algo no iba bien y Louis no era tonto para pasarlo por alto. Esperó que Liam se retirara con Niall de la sala para poder sacar algún tipo de información, pero él era consciente que "información" no obtendría como la que buscaba, pero nunca estaba demás intentar.

Con pasos lentos tomó una de las sillas que los jóvenes pacientes acostumbraban a utilizar, para posicionarla frente a Harry que seguía intacto en su lugar, movimiendo suavemente sus piernas que colgaban por estar sobre la camilla.

- ¿Harry? - Murmuró Louis, ladeando su rostro en busca de llamar la atención, pero no hubo respuesta. - Harry, pequeño... Sé que no estás bien, ¿Quieres contarme? - Las palmas del rizado sobre sus propios muslos ejercieron presión, sin causarse daño, pero fue un gesto que el castaño ojiazul notó. - Puedes confiar en mí, ¿Sabes? Como mejores amigos... -

El gran cuerpo de Harry se tensó, pero lentamente volvió a la normalidad. Obviamente Harry entendía el concepto de mejores amigos, porque Annie gritaba que sus amiguitos cuando estos estaban en casa que el rizado era su mejor amigo, él solo asentía cada vez que sucedía. Pero era distinto que Louis pronunciara aquellas palabras... El rizado jamás había tenido uno de verdad.

Sabía que Louis era mucho mayor que él, pero si no hubiera sido porque el primer día que le conoció llevaba una bata como la de Elizabeth jamás hubiera sabido que él era mayor. Louis acostumbraba a tener una personalidad hiperactiva e infantil con él y qué decir con Niall. También lucía demasiado joven.

- L-Lily... - Balbuceó en un susurro. Gracias al silencio de la sala y la calma de Louis el mayor logro oírlo, sin embargo, se encontraba confundido, ¿Qué pasaba con Lily?

Y... ¡Oh, Harry le estaba hablando! Pero tendría tiempo más tarde para emocionarse, ahora debía estar más calmado que nunca para sacar información del pequeño.

- ¿Qué sucede con ella? ¿Le ha pasado algo malo? - Uno, dos e incluso cinco segundos bastaron cuando Harry asintió con lentitud. El castaño mayor frunció el ceño.

Él no había sido informado de ninguna complicación con la castaña, cada vez que la muchacha sufría una crisis los especialistas encargados de la menor se les era informado para estimularla positivamente, pero no, él no había recibido ningún tipo de información.

- ¿Estás seguro? - Preguntó el mayor, confundido. Harry volvió a asentir. - Oh... A mi no me han comentado nada de eso.

Las manos de Harry se juntaron en un nervioso jugueteo, sus dedos se movían en sincronía, pero a pesar de que Louis se vio atrapado por aquel juego de Harry e incluso pensó en seguir el juego para comprobar que él también podía, decidió seguir con lentitud con Harry. Había algo que no cuadraba, absolutamente.

- ¿Paso hoy? - Él negó - Oh... ¿Fue ayer? - Esta vez fue una respuesta positiva. Pero no recordaba haber visto a Lily en medio de alguna situación compleja, a menos de que esta hubiese sucedido fuera de la institución. - ¿Qué pasó realmente?

Los hombros de Harry se alzaron y Louis pudo oír claramente como tomaba aire, casi como si el pequeño tratase de llenar sus pulmones de oxígeno. Quizás, para darse fuerzas.

Every Minute | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora