XIII. Experimento

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¡A la mierda con todo!

ChanYeol tiró todo lo que había preparado a la basura y salió de su departamento. Por suerte, tenía un día muy ocupado en la universidad. No tuvo tiempo de pensar en lo que había pasado, pues saltó de una clase a otra. Los estudiantes se acercaban a él para conversar sobre las lecciones. El resto de los profesores también se tomaron un momento para saludarlo. En general, fue un buen día. Es gracioso cómo el universo logra equilibrar ciertas cosas. A pesar de haber tenido una mañana triste, no se sentía tan mal.

Cerca de las tres de la tarde, su estómago comenzó a dolerle. No había comido nada y eso rompía con su rutina. Su cuerpo se quejó por la falta de alimento, así que tuvo que ir a la cafetería. Comió algo ligero, mientras miraba hacia afuera a través del gran ventanal. Sus pensamientos se acumularon otra vez, llevándolo a sacar nuevas conclusiones.

Sintió que no tenía derecho a sentirse triste. Aunque intentó culpar a SeHun, por haber metido en su vida a ese chico lindo con ojos de cachorro, ChanYeol sabía que culpar a alguien más era sólo un gesto infantil. En realidad, no había nadie a quién culpar, solo a sí mismo. Fue su corazón el que reaccionó de manera extraña cuando vio a BaekHyun por primera vez. Toda la situación se estaba saliendo de control. Entre más tiempo pasaba con el barista, más intenso se volvía todo. ChanYeol sabía que no podía seguir así.

Mientras acomodaba sus ideas, su teléfono vibró en el bolsillo de su chaqueta e mezclilla. Era un mensaje de texto de su mejor amigo.

[SeHunnie] Necesitamos hablar. ¿Estás en la escuela? Dime a qué hora sales hoy y pasaré por ti. (emoji e carita enojada)

El músico frunció el ceño y respondió.

[ChanMarica] ¿Sobre qué quieres hablar? ¿Por qué demonios estás enojado conmigo?

[SeHunnie] No estoy enojado, sólo quería asustarte LOL!

[ChanMarica] Eres un idiota. Salgo a las 2 (emoji de mano sacando el dedo medio)

***

Como era de esperarse. SeHun llegó en su carro de película, vistiendo una chaqueta de cuero y pantalones ajustados. De nuevo, un pequeño grupo de estudiantes se reunió a su alrededor, admirando el precioso vehículo y a su guapísimo conductor. ChanYeol rodó los ojos y subió. No había nada que pudiera hacer, así era SeHun, un exhibicionista exagerado, con la mejor suerte del mundo.

—Quiero agradecerte otra vez —comenzó el empresario. Mantenía su vista fija en el camino y miraba a ChanYeol por momentos.

—Deberías de cuidar mejor a tu novio. Honestamente, no me gusta involucrarme en sus asuntos de pareja —el músico acomodó unos papeles dentro de su mochila.

—Lo siento. No sabía que él iría a buscarte. No imaginé que se sintiera tan cercano a ti.

—No somos cercanos. Tú mismo lo dijiste, no tiene muchos amigos aquí. Era lógico que me buscara —ChanYeol habló con tranquilidad, mientras ponía la mochila a sus pies.

—Tienes razón. Yo, no debí decir lo que dije. No estoy acostumbrado a lidiar con alguien por más de una semana, lo sabes.

—¿Esa es tu justificación? —el músico levantó una ceja, mirando a su amigo con incredulidad.

—No, no lo es —SeHun suspiró—. Estar con BaekHyun no es tan fácil, Chan... Hay circunstancias con las que debo lidiar todos los días.

—Bienvenido al mundo adulto, donde una relación seria requiere esfuerzo —ChanYeol se acomodó en el asiento y se concentró en el paisaje urbano del otro lado de la ventanilla.

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