XXXVI. Pequeña sorpresa

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El día que BaekHyun y MinSeok se fueron, ChanYeol no salió de su casa para nada. Como si fuera un oso que huye del frío invierno, se quedó encerrado en su pequeña cueva. Su nuevo amigo rubio le había enviado una decena de mensajes, diciéndole la hora del vuelo y el lugar donde estarían. Le dijo que podía ir a despedirse de BaekHyun. Pero, ChanYeol se negó. Simplemente, no podía resistir la idea de mirarlo mientras se marchaba.

[B'sChannie] Lo siento. No puedo.

[MinSeok] Está bien. Lo entiendo.

[B'sChannie] ¿Él está bien?

[MinSeok] Él está bien. Prometo que lo cuidaré. Recuerda sus palabras, mantente sano. Espera por él. Prometo que lo traeré de vuelva (emoji de amor y paz).

ChanYeol no sabía si confiar en aquella promesa era lo mejor. BaekHyun había demostrado ser más voluble de lo que él hubiera imaginado. Sin embargo, seguía seguro de su decisión. El músico sabía que, sin importar cuánto se empeñara su razón en decirle que se alejara definitivamente del barista, su corazón jamás podría olvidarse de él. ChanYeol estaba definitivamente jodido.


***

Un mes pasó desde que BaekHyun se fue. ChanYeol siguió con su vida. Iba a la universidad, ahora como profesor permanente, luego de que uno de los maestros veteranos se jubilara. Era agradable tener un empleo estable. Ganaba más y trabajaba más también. Estaba agradecido, ya que pasaba la mayor parte de día demasiado ocupado, como para pensar en BaekHyun. Aunque, cada vez que su cerebro evocaba el recuerdo de su rostro, de sus labios suaves presionados contra los suyos, su corazón se contraía en su pecho, como un animal herido. Cuando eso sucedía, tomaba la guitarra y comenzaba a componer alguna canción. Todo lo que creaba, estaba inspirado en el barista. 

ChanYeol también perdió todo contacto con SeHun. Después de su pelea, no creyó que fuera conveniente llamarlo o mandarle un mensaje. Las palabras que le había dicho ese día, aún bailaban en su mente. Se sintió como un adiós definitivo, pero el músico sabía que no era así. SeHun sólo necesitaba tiempo, como toda esa situación. El tiempo lo arreglaría todo o, por lo menos, esa era la esperanza a la que ChanYeol se aferraba para no caer.  

La señora Oh le informó que SeHun se había ido al extranjero con su padre, a cerrar algunos negocios. Fue la única vez que el músico se atrevió a visitar la casa familiar de su mejor amigo. En el fondo, se arrepintió un poco, porque la señora Oh se había puesto a llorar en sus brazos. Estaba muy triste por la separación de su hijo. Le había costado mucho aceptar que su único bebé, se casaría con otro hombre. Y, todavía fue peor, cuando se enteró de que ese matrimonio había terminado. En el fondo, la señora Oh aún guardaba la esperanza de que las cosas se resolvieran entre SeHun y BaekHyun, lo que provocó que el estómago de ChanYeol se revolviera con celos y frustración. El músico sabía que, si la señora Oh se enteraba de que él tuvo algo que ver, jamás le dirigiría la palabra de nuevo. Pero, era algo que pasaría tarde o temprano.

—Me da mucha tristeza saber que se pelearon, hijo —la señora Oh secaba un par de lágrimas que rodaban por su mejilla, con un fino pañuelo—. SeHun no me quiso decir por qué. Y ahora tú tampoco me lo dices.

—No estamos peleados, no se preocupe. Es sólo que SeHun se molestó porque le gané una apuesta. Estoy seguro de que pronto se le pasará —ChanYeol sostenía la mano de la mujer con delicadeza.

—Es espero, hijo... SeHun regresará en unas semanas, pero parece que volverá a irse. Su padre abrirá una oficina en Italia, así que tendrán mucho trabajo por ahí. Por favor... trata de arreglar las cosas cuando regrese, ¿sí?

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