capitulo 20

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No tenía pensado hacer este capitulo, pero ywleiby00 me dio la idea y me gustó mucho. Estoy segura de que a vosotrxs también os gustará❤

Si se os ocurre alguna idea o si queréis que pase algo, decídmelo porfavor.

Y muchísimas gracias por todo el amor que le disteis al capítulo anterior, no sabéis lo feliz que me hicisteis.

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En realidad el trabajo de Hades era muy sencillo. El Inframundo prácticamente funcionaba solo, como un gran organismos con perfecta sincronización. Tan solo cuando algo fallaba (lo cual muy rara vez ocurría) era imprescindible la presencia de Hades. El resto del tiempo podría estar haciendo lo que quisiera. Hacía años, se dedicaba a buscar una mujer junto a la que reinar. Pero tras muchos, pero no os imagináis cuantos rechazos, dejo de buscar. Sin contar alguna que otra corta aventura, se rindió con el tema de encontrar alguien a quien amar.

Cuando los demás pensaban que estaba trabajando en su reino, en realidad trabajaba en sus empresas del mundo mortal. Hades era bastante ambicioso en cuanto a dinero, a pesar de tener su palacio en pésimas condiciones. Todos sus hijos adultos trabajaban con él, era como un gran imperio familiar.

En ese momento frente a él había cientos de papeles que tenía que revisar, estudiar, firmar o rechazar. Era un gran responsabilidad, muchas bocas se alimentaban gracias a sus importantes empresas en el mundo mortal. Jamás se había escaqueado de su trabajo, era su responsabilidad.

Pero no podía. Le era imposible concentrarse en aquellas palabras. Lo único en lo que podia pensar era en fantasear con que flores llevaría aquel día Persefone. Los guardo todos y se acercó a la pared, en donde apareció un pasadizo antes de que se chocara.

Tuvo que cerrar los ojos por toda la luz natural que había en aquella nueva habitación. Siempre que salia de su despacho a la tierra le pasaba lo mismo, le sacaba de quicio.

-Buenos días, Papá.

A su izquierda se encontraba su hijo favorito. Sabía que estaba mal tener favoritos, pero Edgar había sido uno de sus pocos hijos con los que se llevaba realmente bien y que lo aceptaban. La mayoría ni siquiera querían conocerlo. Persefone conocía a todos los hijos que no se aprovechaban de él y que lo trataban como un padre. Era pésimo en aquello, pero ninguno se quejaba. Conocían las historias de los demás semidioses. En comparacion él incluso parecía un padre protector y atento.

Hades le respondió con un gruñido y se dejó caer en una de las sillas de su elegante escritorio. Frente a él había una pared de cristal que daba a una gran ciudad. En el vio su reflejo, un hombre de mediana edad con más arrugas y más ojeras que nunca. Desde que ella se fue había sido incapaz de rejuvenecer. Toda aquella luz y su reflejo lo puso de peor humor.

Dejo los archivadores con todo el papeleo en su mesa con un sonoro golpe.

-No puedo. Lo siento pero no puedo.

Edgar lo miro con escepticismo. Dejo de lado lo que estaba haciendo y se echó hacia delante para observarlo con más detalle.

Tenía la barba demasiado larga, el pelo sucio y por aquel olor debía de llevar aquel pijama desde hace más de una semana.

-¿Que ha pasado?- Dijo con tono de adulto cabreado porque le han distraído mientras se quitaba las finas gafas y las dejaba cuidadosamente sobre el escritorio.

Por un segundo Hades pensó en mentir. Decir que no había pasado nada, que solamente no le apetecía trabajar. Pero su hijo no era estúpido, preguntaría a los demás que había pasado y se acabaría enterado. Además, Hecate no le escuchaba más, hacía días que no la veia y necesitaba hablar con alguien que no fuera todo huesos.

Persefone y HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora