—¿Ya estás mejor? —le preguntó, Inglaterra, cuando sintió que los sollozos del menor ya se detenían.
Ambos rubios estaban sentados en el sofá de la sala de estar, abrazados, muy pegados el uno al otro. Habían permanecido desde que Estados Unidos le abrazó hasta que los sollozos de ese mismo se habían extinguido; incluso caminaron hasta el interior de la casa abrazados.
—Sí, gracias... —musitó, apartándose del inglés con el rostro rojo y los ojos levemente hinchados de tanto llorar—. Siento haber venido sin avisar, pero no sabía a quién acudir... —comentó, limpiando con el dorso de sus manos las últimas lágrimas que caían de sus ojos azules.
—No te preocupes por eso —le dijo con dulzura, mientras acariciaba su cabeza con cariño—. Pero ¿qué te pasó? —preguntó.
—Ayer discutí con Canadá sobre... bueno... ya sabes... mi decisión de dejar de ser un país... —comentó, agachando la cabeza y apretando los puños—. Él no acepta mi decisión y me dijo que haría lo imposible por detenerla...
Inglaterra se calló. No sabía muy bien que decir ante eso. Pero ahora comprendía por qué Canadá había actuado así en aquella improvisada reunión y por qué había sugerido tal indecente propuesta para hacer que Estados Unidos permaneciese como nación.
—Pero, no es la primera vez que discutís... —dijo, el británico, procediendo a acariciar las mejillas del americano.
Sabía que no debía de actuar de forma tan cariñosa, que luego sería peor para él cuando Estados Unidos se alejara de él, que sus sentimientos hacia él crecerían y solo le causaría más dolor con el tiempo. Pero no podía dejarle en ese estado sin brindarle una pizca de cariño y consuelo.
—Pero es que me dijo cosas terribles... —contestó, volviendo a tener la voz rota y los ojos vidriosos.
—¿Cosas terribles? —repitió, sorprendido aquellas palabras—. ¿Te refieres a como el día en el que estuvo por tres horas diciéndote tus defectos? —Estados Unidos negó con la cabeza lentamente.
—Desde que tomé la decisión de dejar de ser un país me fui a vivir con él para pasar mis últimos meses junto él, pero él no paraba de intentar de insistirme en que me rectificara y abandonara mi idea... ¡Pero yo no quiero volver a atrás! —exclamó y luego inspiró profundamente para intentar tranquilizarse—. Y ayer me preguntó qué era lo que era más importante para mí y lo que iba a sacrificar. Yo se lo dije claramente, pero nada más decírselo comenzamos a discutir y fue cuando me dijo esas terribles cosas —narraba mirando fijamente, triste y frustrado, sus manos.
—¿Qué te dijo? —preguntó, sin saber si era lo correcto o no. Pero sentía que debía saberlo, quería comprender por qué había hecho esta reunión improvisada para pedir que les ayudara con el chantaje emocional.
—Le pregunté por qué insistía tanto y él me contestó que lo hacía porque le causaría muchos problemas porque ya no habría nadie que controlara a mi jefe por lo que su país correría peligro, que la economía mundial y sobre todo la suya correría peligro, que las guerras que había por el mundo empeorarían... —enumeraba, sintiendo cierto odio en esas palabras.
Inglaterra asimilaba aquello. Canadá no quería que Estados Unidos siguiera siendo un país para no perder un hermano, lo quería para evitarse todos los problemas que le causaría su ida. Al final, era como el resto de países que apoyaban su idea del chantaje. Después de todo, ciertamente, si realmente quisiese a su hermano aceptaría su opinión.
—Me dijo que a él solo le importaba los problemas que causaría mi ida, no el que su hermano se fuese y se convirtiese mortal —siguió hablando comenzando de nuevo a llorar—. ¿Sabes qué es que tu hermano te diga cosas así? Yo... No puedo... —se encogió de hombros y de nuevo los sollozos comenzaron a emerger.
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Good bye America [UsUk/UkUs]
FanficTodos los países son inmortales: viven eternamente casi sin envejecer. Y eso una desgracia conyeva: nada se olvida. Pero tiempo después un país descubrió como convertirse en humano, solo debía sacrificar todos sus recuerdos. ¿Qué pasará cuando uno...