Princess Sofía

Capitulo 8

Sofia no volvió a ver a los Lonsdale, ya que no hubo cena real, cada integrante de las familias reales tenían asuntos por hacer, así que cada uno tuvo su cena privada. Ya no quería sentirse mas incomoda de lo que estaba. Su corazón latía mas rápido de lo debido. Sentía que cualquier cosa podría pasar y ello no iba a poder hacer nada.

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A la mañana siguiente se despertó sintiéndose muy cansada. No pudo dormir muy bien por la noche. Se levanto y se dio cuenta de que en su cama había una bandeja con un sobre el cual tenia en su interior una carta con una letra muy conocida para ella.

Querida Sofia.

El desayuno se servirá en el jardín del castillo, se que muy pocas veces desayunamos al aire libre pero un pequeño cambio no afecta a nadie. Así los Lonsdale aprovecharan y se presentaran. Te espero.

Te quiere, tu madre.

Sofia suspiro.

Igual no podía evitar ver a esas caras poco familiares. Comenzó a buscar en su armario algo que ponerse. Repaso varias veces algunos conjuntos nuevos que tenia, y lo que encontró le encanto. Quería resaltar, no de una forma grosera o superficial. Se decidió por un vestido de un color azul pastel que exclamaba pureza y delicadeza, combinaba perfectamente con sus ojos.

Luego para realzar su rostro tomo uno de los mechones que caían por el lado derecho de su rostro, lo trenzó y rodeando por detrás de su cabeza lo poso por encima de su oreja izquierda. Se sintió bien al verse al espejo y contemplar su rostro, solo necesitaba algo mas. Busco en una pequeña caja que contenía algunos bálsamos labiales de diferentes colores, y encontró el indicada, un rosado pálido.

Entonces estuvo preparada y lista para enfrentar a aquellas personas que de seguro ya la esperaban. Se vio por ultima ves en el espejo, se sintió bien con sigo misma al contemplar su imagen de ángel inocente y puro.

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Por los grandes pasillos del pasillo se infiltraban grandes rayos de luz solar dándole un toque de gloriosidad en cada destello ocasionados por los grandes ventanales.

Su hermosa cabellera roja revoloteaba a cada paso, y su vestido amarillo claro que combinaba con los rayos que la iluminaban la hacían ver muy bonita.

Llegaras tarde le repetía una y otra vez una molesta voz en su cabeza. En realidad no le importaba mucho lo que pensaran si llegaba tarde, pero solo lo quería volver a ver y quería alejarse de sus familiares a toda costa.

Durante toda la noche estuvo escondiéndose o evitando, como ella se decía, de su familia, solo conseguía consuelo de uno de sus hermanos pero él ya tenia sus problemas para atormentarlo con los suyos. Y su hermano mayor era un caso perdido, no le hablaba o mejor dicho no le dirigía la palabra, la arrogancia siempre lo cegaba pero esta ves no fue por ello, y solo le dirigía miradas con toques de lastima.

Suspiro exasperada, no soportaba estar en esta situación, quería escapar, huir, pero entonces no la volvería a ver. Solo pensar en estar alejadas la atemorizada.

Entonces paro bruscamente al ver que en la puerta que dirigía hacia el jardín estaba "Él" y "Ella" con sus uniformes, realmente inmóviles y con cara seria.

Si te conocieran se dijo así misma al verla a "Ella", la cual estaba con su uniforme puramente limpio y sin ninguna arruga. Y "Él" no le dirijo ni siquiera una mirada. Suspiro y atravesó la puerta, sintiendo que la escoltaban lejana mente al estar a solo unos dos pasos de ella.